Richard Cortez
Redacción Guayaquil
El fuerte de Andrés Tacle está en las campañas electorales, en el manejo político de organizaciones, públicas y privadas nacionales e internacionales. Su espacio de trabajo no está solo en Ecuador, sino en México, EE.UU. y otros países. Este, su trabajo, le generó un reconocimiento internacional a la empresa Wikot, que tiene oficinas en ocho países.
Guayaquileño de 28 años, ya mismo llego a los 30. Estoy por terminar Economía, me especialicé y gradué en ‘couching’ en Estados Unidos y Argentina. Estudié dos años leyes y al final me di cuenta de que lo mío era la publicidad. Eso me ha dado mucha experiencia.
cuando compro algo para una persona cercana, en la casa o el trabajo, pienso en su necesidad.
También, lo hago para que me sienta bien y, al mismo tiempo, que otros lo hagan.Desde hace años, su día a día tiene en cuenta conceptos vinculados con emociones, sentimientos y conductas. Como publicista vende lo bueno y no lo malo; es decir, sentimiento. Este principio se vuelve un bumerán para Andrés. Cuando compra, que lo hace frecuentemente, sabe que lo hace porque en su entorno se genera alegría.
Estos días se dice que Navidad no es temporada de comprar o de regalos. Es tiempo de reflexión, de pensar en Jesús, pero todos terminan comprando, ¿qué ocurre?
Por una sencilla razón, uno no compra objetos sino emociones. Cuando uno quiere comprar un carro o una flor a alguien lo que está comprando es ver su emoción o su reacción. Sus gestos. Por esa razón se dice que es más importante dar que recibir.
¿Por qué?
Porque cuando tu recibes algo es bonito, pero cuando se da algo se genera felicidad y emoción. Eso me llena a mí (y a muchas de las personas que compran algo) más que otra cosa en el mundo.
Y Navidad es una celebración de muchas emociones
Como a todos, me gusta ver a la gente sonreír. Porque hablamos del corazón en esta época y queremos participar en fiestas para niños pobres o en las cárceles. Así siento que paso un mes fabuloso y que contribuí con las personas. A diciembre se lo llama el mes del perdón, del corazón. También soy consciente de que cuando doy algo también entrego tiempo. Sales con una persona especial, la llevas a tomar un café, la acompañas, la invitas al cine. Y, por ese lado, viene la parte de consumo. No veo mal consumir en épocas como Navidad. Es atractivo y se contribuye con muchísimas cosas, en lo afectivo, social y comercial.
¿Es consciente de que cuando compra en cualquier ciudad adquiere o cae en esas emociones?
Es interesante. A pesar de que uno está consciente, sí caigo. No como víctima sino que fui atacado por la publicidad. Yo uso solo una marca de zapatos porque me atrapó, le cogí un cariño, un afecto. O tomo tal jugo por las mismas razones. Se vuelve una rutina para mí. Debo recordar que dentro de la publicidad se ve mucho el comportamiento también. Y decimos que el 90% de las personas no está eligiendo sino lo eligen. Esto se da cuenta en la comida.
¿Por qué en la comida?
Cuando voy por primera vez a un restaurante, me toma una media hora para ver la carta y decidir. La segunda vez elijo directamente el plato. Lo mismo me ocurre con la ropa. En más de la mitad de las cosas que yo compro automáticamente la marca me eligió. También, en ciertos casos, veo mucho lo que es necesidad.
¿En cuáles casos?
Por ejemplo en ropa. Tomo en cuenta qué voy a usar, para qué ocasión. En cosas electrónicas, la marca me eligió. Literalmente solo veo una cosa. Soy fanático de Mac. Puedo pasar por un almacén de 100 computadoras, pero si no hay una Mac no entro.
Eso lo practicas en Miami, Nueva York, Guayaquil…
Es interesante. Tenemos que dividir un poco cosas y cosas. Por ejemplo, la ropa también se la puede comprar en Colombia o Perú. Muchas veces nos limitamos, no compramos, nos aguantamos porque estamos a la espera de un viaje nuestro o de alguien que pueda comprar por nosotros.
¿Qué clase de objetos te atraen más en ese disfrute de comprar y satisfacerte?
Lo hago más con textiles, joyas. En lo electrónico tengo mucho cuidado. Lo pienso dos o veces ya que me puede resultar más caro que en Ecuador. O pueden estar en la mitad del precio normal…
¿Y los fines de semana son el tiempo de desate?
No, compro tiempo de calidad. Un café con una persona que me agrada o salgo con mi familia.