Las razones de la sin razón

Parecería que la diplomacia ecuatoriana nunca se imaginó que el voto que el Ecuador dio en contra de un informe sobre derechos humanos en Corea del Norte, que habla sobre la posibilidad de que los autores de tan horrendos crímenes sean juzgados por la Corte Penal Internacional, iba a conocerse en el Ecuador.

Uno puede llegar a esa conclusión cuando se mira los desarticulados y vacíos argumentos con los que han defendido ese voto el Presidente y su delegado ante las Naciones Unidas.

Según el Presidente, el voto ecuatoriano no era de respaldo a Corea del Norte, sino en contra del “procedimiento”. No queremos procedimientos “a la carta” sino otros de carácter general, dijo. Pues resulta que en temas como este, si no hubiera sido por procedimientos “a la carta” jamás los criminales serbios, como el siniestro Milosevic, habrían respondido por sus horrendos crímenes ante una corte internacional.

El representante a la ONU cuestiona el informe, por su lado, afirmando que sus autores nunca visitaron Corea del Norte. Triste argumento si se toma en cuenta que Pyongnyang expresamente se negó a aceptar a la comisión mientras no hubiera la garantía de que no se incluyera en el informe cualquier alusión a la Corte Penal Internacional.

La otra explicación para que se hayan dado esas justificaciones es que no se haya querido hacer mucha bulla con la que aparece como la verdadera razón del voto: evitar que se abra la posibilidad de que Corea del Norte sea un precedente para futuros procesos en contra de tiranos en la Corte Internacional Penal.

Para llegar a esa conclusión basta ver la lista de los otros países que votaron igual que Ecuador. Sin duda, ahí hay algunos casos de mandatarios patéticos que bien podrían ser llevados ante dicha corte.

Es de esperar que en el voto solo hayan pesado los intereses de esos países “amigos” y sus sombríos dirigentes. Mientras tanto, el gesto sigue lastimando la historia del país.

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