Actualmente se labora en dos frentes de trabajo: en el tramo 1 y en la construcción del puente hacia Pusuquí. Foto: Galo Paguay/EL COMERCIO
Para construir la extensión de la avenida Simón Bolívar, que unirá San Antonio de Pichincha con Carapungo y que junto a la Córdova Galarza servirá de vía de acceso norte a la capital, es necesaria la expropiación de 422 predios. De ellos, el 100% está desocupado y el 70% ya recibió su pago.
La construcción de esta vía constituye la mayor inversión de esta administración en el norte de la ciudad. Atraviesa 22 barrios, tiene 14,8 kilómetros y costará USD 131 millones.
Juan Pablo Solórzano, gerente general subrogante de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop), explica que actualmente tiene un avance del 76%, y que debido a la extensión de la vía se tiene planeado habilitarla por tramos.
Un tramo de 3 km, comprendido desde el redondel de San José de Morán hasta la Marquesa (en Pomasqui) entró en funcionamiento en junio.
El mes entrante se habilitará el segundo tramo, entre Carapungo y el redondel de San José de Morán. Pese a que aún faltan obras complementarias como jardinería e iluminación, podrá ser usado por la gente de la zona. Según Solórzano se espera que a finales de este año se lo habilite por completo.
El proyecto contempla la construcción de dos grandes puentes que pasan sobre el río Monjas. El Puente de los Pájaros, cuya estructura se encuentra lista, forma parte del tramo 1, que va desde el intercambiador de Carapungo hasta Maresa, en la Córdova Galarza.
El segundo puente forma parte del tramo 2. Va desde el redondel de Tajamar hasta Pusuquí, frente a la Escuela de Policía. Esta estructura de 185 metros de longitud registra un 10% de avance.
La construcción de la extensión de la Simón Bolívar arrancó en el 2014, pero en agosto de ese año, debido a un fuerte sismo que sacudió la ciudad, se suspendió y se realizó un replanteamiento del proyecto.
Debido a una inestabilidad geológica en el sector de Catequilla, se desistió de la tercera fase de la vía que la conectaba con el sector de La Marca.
Pese a que la arteria se acortó, la inversión aumentó. So-lórzano explica que inicialmente la vía estaba presupuestada con un crédito de USD 78,9 millones del Eximbank de China, pero luego de hacer un análisis global de la obra se determinó que hubo varios sistemas que no estaban considerados dentro del proyecto, como movimientos de tierra, interferencias, cruces, drenajes, soterramiento, por lo que pasó a costar USD 131 millones. Incluso el costo a razón de las expropiaciones fue mayor.
Anny Andrade, directora de Expropiaciones de la Epmmop explica que en un inicio se había destinado unos 22 millones para este rubro, pero hasta la fecha el Municipio ha pagado USD 22.5 millones y aún falta pagar el 30% de los predios expropiados.
El proyecto se divide en dos fases. En la primera se necesita expropiar 409 lotes, de los cuales 287 ya recibieron su pago. En la fase 2 son 13 predios los afectados, de los cuales se ha pagado a 7. Esto sin contar con los predios municipales que no entran en un proceso de expropiación como tal.
Los pagos de las expropiaciones no han podido concluir en su totalidad debido a que algunos propietarios no tienen sus documentos en regla.
Paralelamente, aquellas personas que no han estado de acuerdo con el valor que iban a recibir, decidieron impugnarlo por la vía judicial, es decir, iniciar una demanda legal para recibir un valor que consideren justo.
En la fase 1, hay 88 predios con los cuales no se pudo llegar a un acuerdo y se debió consignar el valor a través de los juzgados. En la fase 2, hay 5 predios en esas condiciones.
Con el resto de propietarios, se llegó a un acuerdo, lo que implicó que lograron obtener hasta un 10% adicional del valor que estaba contemplado en la ficha catastral.
Parte de la propiedad de Eloísa Trujillo, de 39 años, fue expropiada. Ella vive en La Dolorosa y junto a siete vecinos -todos frentistas a la vía- debieron ceder parte de sus lotes.
300 metros de su terreno fueron afectados. En la zona expropiada se ubicaba un cerramiento de más de 100 metros, por lo que recibió USD 3 500. Cuenta que con ese valor logrará volver a construir el muro, pero no le avanzará para comprar un lote de la dimensión del que perdió.
Ella vive en esa propiedad junto con su madre y sus cinco hermanos. Cada uno con su familia.
Trujillo cuenta las dificultades que ha debido pasar durante la construcción de esta importante arteria. “Nos quedamos por largo tiempo sin teléfono y sin Internet. Tragamos polvo de día y de noche. Además hay ruido, pasan volquetas… Ha sido duro”, comenta.
Tienen un problema adicional: como en un inicio pensaron que las autoridades no iban a pagarles porque tenían problemas de escrituras, el barrio contrató un abogado quien pidió al Municipio que el depósito del valor de la expropiación se lo hiciera en una cuenta comunal.
Hasta hoy, los dueños de los predios no han podido recuperar ese dinero por problemas sobre el pago de los honorarios al abogado.