Con el patrocinio del I. Municipio, se realizó el primer matrimonio chulla género de la historia del país. Aunque el Alcalde no asistió, sí lo hizo un concejal, quien presidió la ceremonia. Una funcionaria del RC (no confundir con el Rafa Correa), Registro Civil, realizó la unión. El edil, en su discurso justificatorio del casorio, resaltó que, gracias a la revolución, la Constitución de Montecristi, consagra el derecho de las gentes de hacer de su vida un candelero y hacer lo que le venga en gana en materia de preferencias sexuales. Ahora ha instalado una luz en el clóset para los que tenían escondidos los deseos de matrimoniarse hombre con hombre, mujer con mujer. El matrimonio solo mixto solo era de la larga noche neoliberal .
Aunque no se siguieron las “Normans” convencionales para una boda, la ceremonia salió “all Wray” (perdonarán lo mal escrito). La funcionaria del RC, en discursillo meloso, reconoció el orgullo de ser la primera en la historia que oficia acto tan importante; exhortó a los contrayentes a no llenarse de hijos. Tras las preguntas de rigor, dijo bien seria: “En nombre de la revolución os declaro marido y marido’puede el novio besar al novio”.
Y volviendo al discurso justificatorio del casorio, el orador destacó que hay que ser muy machos para salir del clóset; que gracias a la revolución ciudadana todos los novios ahora tienen derecho al repituche y así juntitos virar los ojos al infinito en el momento del paroxismo; que su ejemplo será seguido por muchos revolucionarios, asambleístas y del estado llano. Y remató con tono romanticón que sean felices y hagan felices a las lombrices.