América Latina, entre el repudio y la preocupación por suspensión de Dilma Rousseff

Dilma Rousseff fue suspendida de su cargo por parte del Senado brasileño.  Foto: EFE

Dilma Rousseff fue suspendida de su cargo por parte del Senado brasileño. Foto: EFE

Dilma Rousseff fue suspendida de su cargo por parte del Senado brasileño. Foto: EFE

Los Gobiernos de América Latina dividieron hoy (12 de mayo) entre el repudio y la preocupación sus opiniones sobre la suspensión por un plazo máximo de seis meses de la presidenta brasileña Dilma Rousseff por parte del Senado de ese país.

Rousseff fue separada del cargo por la cámara alta para ser sometida a un juicio político por supuestamente haber practicado maniobras contables que permitieron maquillar el estado de las cuentas públicas y por haber abierto créditos extraordinarios sin pedir aval del Congreso.

Los Gobiernos de Bolivia, Cuba y Nicaragua rechazaron tajantemente la decisión del Senado brasileño. El presidente de Bolivia, Evo Morales, la calificó como un "golpe congresal y judicial". "Hermana presidente Dilma, sentimos la misma indignación que usted y su pueblo frente al golpe congresal y judicial (...) Los pueblos humildes condenamos el atentado contra la democracia y la estabilidad económica del Brasil y la región", publicó el mandatario boliviano en Twitter.

A su turno, el Gobierno de Raúl Castro acusó a la oposición brasileña de orquestar un "golpe de Estado". Cuba "ha denunciado de manera reiterada el golpe de Estado parlamentario-judicial, disfrazado de legalidad, que se gesta desde hace meses en Brasil", señalaron las autoridades cubanas en un comunicado.

Por su parte, el mandatario nicaragüense, Daniel Ortega, envió un mensaje a su par brasileña y expresó "su indignación y rechazo" por lo que calificó como un "impresentable y antidemocrático proceso que ha ensombrecido la seriedad y fortaleza de las instituciones" en Brasil. En tanto, el Gobierno argentino afirmó que "respeta el proceso institucional" de Brasil, mientras que la oposición se manifestó en contra.

La administración del presidente Mauricio Macri (centroderecha) indicó a través de un comunicado que confía que el "desenlace" de esta situación consolidará "la solidez de la democracia" de Brasil, país vecino y uno de los principales socios de Argentina. Por otra parte, desde la oposición al Gobierno de Macri hubo manifestaciones de "repudio" al juicio político a Rousseff, al que calificaron como "una operación política" y un "golpe de la derecha" en Brasil.

El oficialismo venezolano expresó un "contundente rechazo a la violación a la democracia y la voluntad popular en Brasil", mientras que la oposición llamó al presidente de ese país, Nicolás Maduro, a "verse reflejado en el espejo", con respecto del referéndum revocatorio que se tramita allí en su contra.

Ecuador, en tanto, emitió un comunicado en que respalda al Gobierno y al pueblo de Brasil, aunque manifestó su "profunda preocupación" por lo que consideró "la amenaza de una grave alteración del orden constitucional, de profundas consecuencias para el conjunto de la región".

Colombia y Chile se mostraron confiados en que Brasil mantendrá la institucionalidad democrática y coincidieron en destacar la importancia que tiene el país carioca en la región. "La estabilidad de Brasil es muy importante para toda la región por su influencia y liderazgo", indicó la Cancillería colombiana en un comunicado.

Mientras, en una nota, el Gobierno chileno dijo estar seguro de que "la democracia brasileña es sólida y que los propios brasileños sabrán resolver sus desafíos internos". El secretario de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Ernesto Samper, dijo que el organismo espera que la suspendida presidenta de Brasil "sea juzgada de acuerdo a las garantías de un Estado democrático" y pidió le sea garantizado "el derecho a la defensa y al debido proceso".

Samper informó que hasta el momento no hay iniciativas para una reunión de mandatarios de la Unión, pero se va a desarrollar "un seguimiento cercano" de la situación brasileña. No descartó que los países miembros puedan aplicar "la cláusula democrática", que es un mecanismo que desalienta las rupturas o amenazas a la democracia en la región.

Finalmente, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, llamó "a la calma y al diálogo entre todos los sectores de la sociedad" brasileña y se mostró confiado en que las "autoridades del país honrarán los procesos democráticos de Brasil, adhiriendo al imperio de la ley y la Constitución"

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