Virgilio Hernández (centro) dijo que el oficialísimo iniciará una campaña para difundir las propuestas de herencias y plusvalía. Foto: Julio Estrella / El Comercio
La visita del papa Francisco se tomó el escenario político nacional. Al menos por el momento. La decisión del presidente Rafael Correa de retirar temporalmente las dos leyes –herencias y plusvalía- no tiene “el perjuicio de enviar uno similar en los próximos meses”, según la carta que envió en la noche del lunes (15 de junio) a la Asamblea, luego de la cadena nacional.
Durante su mensaje a la Nación, dijo que lo hacía para que el país “viviera un ambiente de paz, regocijo y reflexión” durante la visita papal. Pero no dejó de lado, en la carta, que los que se manifestaron en la calle “son grupúsculos” y que tomó esa decisión para evitar que “provoquen más violencia en este país que pueda degenerar en luchas sangrientas”.
Sin embargo, extraoficialmente, se conoció que el discurso pronunciado el lunes por la mañana en la Plaza Grande preocupó a la Iglesia. Tanto funcionarios gubernamentales como autoridades eclesiásticas ecuatorianas negaron que el ambiente político en el país hubiera afectado la presencia del papa Francisco en Quito y Guayaquil.
“Eso no es verdad”, dijo el canciller Ricardo Patiño a la salida del Gabinete de Seguridad que ayer (16 de junio) se reunió en la Vicepresidencia, sobre una posible preocupación del Vaticano.
Por su parte, el presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, Fausto Trávez, dijo que las noticias de lo que venía ocurriendo en el país no “trascendieron para el Papa”. Sin embargo, dijo, la Iglesia ecuatoriana ya había pensado reunirse con el Primer Mandatario para pedir que “suspendiera” estas leyes y dé paso al diálogo nacional.
En un comunicado, la Iglesia manifiesta su alegría por la apertura del Gobierno y exhorta al diálogo junto a la ciudadanía. “En palabras del Papa Francisco: no puede haber paz sin diálogo”, sostienen los obispos.
Al interior del bloque de Alianza País no hay un acuerdo sobre las repercusiones del Papa en estas decisiones políticas, pese al anuncio presidencial en el que reconoció que retiraba los proyectos de Ley para que Francisco llegara en un ambiente de paz y regocijo.
Para el presidente de la Comisión de Régimen Tributario, Virgilio Hernández, “no es el termómetro que nos permitirá discutir el proyecto”. Sin embargo, una de las coordinadoras del bloque de AP, Alexandra Ocles, reconoció que la decisión tiene como uno de los objetivos “generar un clima mucho más propicio para la venida del Santo Padre”.
Debate sobre ‘lo temporal’
Oficialistas y opositores coinciden en que es viable que Carondelet retire los dos proyectos legales. En el caso de la Ley de Redistribución de la Riqueza -que tenía el carácter de económico urgente- al no haber sido aprobada en la Comisión de Régimen Tributario el informe para el primer debate, el retiro del proyecto tiene luz verde.
En cuanto a la propuesta sobre plusvalía, el trámite es diferente. Este proyecto fue calificado por el Consejo de Administración Legislativa como un “insumo” para las reformas a la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial, Uso y Gestión de Suelo que ya pasó el primer debate en el Pleno de la Asamblea.
En este caso, una vez retirada la propuesta del Ejecutivo, deja de existir y las reformas continúan su trámite habitual. De hecho, los miembros de la Comisión de Gobiernos Autónomos se reúnen hoy (miércoles 17 de junio) para conocer el documento enviado por Carondelet y redefinir el cronograma de difusión de las reformas a la Ley de Ordenamiento Territorial.
Hernández recordó que el artículo 135 de la Constitución señala que el único que tiene la capacidad de presentar proyectos de tributos es el Presidente y si este decide retirarlos, jurídicamente ya no pueden ser discutidos.
El opositor Ramiro Aguilar lo corroboró y recurrió al principio jurídico “a maiori ad minus”, es decir, quien puede lo más, puede lo menos.
La ratificación del oficialismo de que el retiro de las dos propuestas será “temporal” es cuestionado por los legisladores de Creo. “La incertidumbre sigue como espada de Damocles, pendiendo sobre la cabeza de los ciudadanos”, dijo el jefe de este bloque, Patricio Donoso, quien advirtió que si las normas retornan, ellos se expresarán nuevamente con la ciudadanía en las calles.
Hernández aclaró que no existen tiempos definidos para que las dos propuestas legales retornen a la Asamblea Nacional.
La ruta del diálogo
El diálogo nacional que invocó el Presidente en su mensaje a la Nación dista con lo que ocurrió ayer (16 de junio) por la mañana. Una cadena nacional ordenada por la Secretaría Nacional de Comunicación reforzaba el discurso de que las movilizaciones ocurridas desde la semana pasada solo obedecían a intenciones desestabilizadoras y que en mucho fueron fraguadas desde la prensa.
Por eso, el bloque oficialista anunció que dialogarán exclusivamente con sectores de la clase media y popular, dejando de lado la posibilidad de conversar con actores políticos opositores. Más bien, fue un discurso que mantiene el ambiente de polarización: “Hay dos proyectos, aquellos que buscan profundizar las condiciones de concentración y aquellos que buscamos mayor equidad”, dijo Hernández.
Anunció una campaña cívica desde la Asamblea y Alianza País pues insisten en que se debe discutir la redistribución de la riqueza, la equidad y la justicia social. Aún no se establece la hoja de ruta para esta propuesta pero en los próximos días se definirá en el bloque.
Ayer martes, en el Gabinete de Seguridad las autoridades presentes aseguraron que ninguno de los dos temas fue tratado y hubo hermetismo. La escena no fue diferente a la del lunes por la noche cuando los miembros del Gabinete no mostraban el mismo ánimo que en otras ocasiones.
Tampoco quisieron hablar con la prensa, a excepción del secretario jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, pese a que antes de que Correa anunciara el retiro temporal de las dos polémicas leyes (de herencias y de plusvalía) insistieron en que no cederían en su intención de llevar adelante esta ley hasta su aprobación definitiva, tal como lo dijo el Mandatario desde el balcón de Carondelet.