Para los americanos es una tradición extraña. Si bien muchos artistas han trabajado con este material, no es de los preferidos.
Su trabajo implica mucho cuidado y sutileza. El vidrio se rompe, se cuartea y los artistas se queman y se cortan.
Alexandra Moshenek da fe de todos estos percances, porque hace nueve años que ha dedicado su tiempo a dominar al siempre imprevisible vidrio.
Ahora tiene un taller en donde fabrica las más variadas figuras y artefactos, desde platos de sushi hasta floreros, esculturas de bronce con vestido de vidrio o siluetas humanas como vitrales en tres dimensiones.
En este taller no se sabe dónde termina el arte y comienza la artesanía, o viceversa. Por ahí están las lámparas y los anillos y por allá grandes bloques de vidrio transparente con diseños de mariposas estáticas en cuyas alas se puede distinguir una que otra textura. A su alrededor parece que el aire fluye, el observador apostaría que se ve el aire alrededor de las mariposas que permaneces inmóviles. Pero todo es vidrio, todo es simple ilusión.
Alexandra estudió diseño gráfico, sin embargo, esta carrera no llenó sus expectativas, se dedicó a la docencia, pero no fue suficiente porque ella siente que es una persona que gusta de tocar las cosas: de imaginar, de sentir… Así que tomó un curso de vidriería tifanny y así inició todo.
La vidriería tifanny es una técnica que consiste en cortar pedazos de vidrio para hacer una especie de vitral. Sin embargo, el método de unión es más flexible que en los vitrales, por eso los diseños llegan a ser mucho más osados.
La artista utilizó esta técnica para hacer a una pareja en un abrazo íntimo, también para crear el busto de una mujer embarazada; Francisa es el nombre de esta obra y consta de 968 piezas pintadas de color crema. Su desnudez es colorida y alegre. En Francisca prevalece su avanzado estado de gestación, por eso no tiene rostro.
Alexandra utiliza ahora otras técnicas de trabajo con vidrio. Ha incursionado en el soplado, en el soplete y en las que requieren el uso de horno.
Sin duda, nadie sabe lo que sienten los vidrieros cuando con una mano sostienen la caña por donde soplan y con la otra aguantan el vidrio que están trabajando con un montón de papel periódico mojado que protege la delgada y delicada piel humana.
Alexandra no describe esa sensación de tener una bola de 1 200 grados de vidrio incandescente y casi líquido en su mano, pero dice que es algo que puede cambiar la vida de cualquier persona. De ahí, solo resta aprender las bondades de este material que ya fue utilizado por los egipcios.
Con la técnica del soplado se pueden hacer objetos como bolas de vidrio o floreros, u otro tipo de objetos, como los que hace Josh Simpson, uno de los referentes que menciona Alexandra.
Con esta técnica también se harían las canicas, sino fueran hechas de manera industrial, así como también serían hechos esos adornos que tienen figuras tridimensionales como carros o golfistas en su interior. Si alguna vez se ha preguntado, toda esta variedad de adornos son “tallados” industrialmente con un rayo láser.
La artista dice que el vidrio es un material caprichoso porque su estructura interna no forma figuras geométricas como sucede con los elementos químicos cuyas estructuras internas son bien definidas y reconocibles.
Debido a esta estructura interna que siempre tiende a acomodarse es como se puede explicar algunos fenómenos inusuales que suceden en el hogar. Digamos, por ejemplo, que una familia tiene en su sala un vidrio que perteneció a la abuela. Cierto día, sin motivo aparente, este cristal se rompe. ¿Qué pasó? La rotura se encuentra escondida en que algún momento, alguna fricción de su estructura interna hizo que se quiebre, esto no necesariamente quiere decir que el vidrio haya estado mal hecho.
Así como también cualquiera pensaría que un vidrio que es de mala calidad por verlo como si se hubiera chorreado. Esto sucede con los vidrios muy antiguos y esta percepción se debe a que el vidrio es un sólido-líquido.
Aunque claro, a ningún vidriero se le ocurrirá mezclar vidrio de ventana (o float) con vidrio de botella porque no son compatibles y la pieza resultante se trizaría con facilidad.
Dentro de la técnica del vidrio fundido (que es donde se podría mezclar estas dos clases de vidrio), uno de los trabajos más interesantes que hace esta artista es el ‘casting’. Esta técnica consiste en fundir una pila de vidrio cortado sobre moldes de barro con distintas formas o figuras. Pero esto se logra más o menos después de tres días de que estos elementos han estado sometidos a un calor como el que deben sentir los condenados.
Con esta técnica del ‘casting’ se puede hacer la figura que imagine, así que no sería arriesgado pensar que alguien quiera un molde transparente con su rostro, como una película futurista.
Esto hace Alexandra en su taller-laboratorio, ha aprendido los secretos de un material quisquilloso, con la cuota de cortaduras y quemadas.