La detonación del carro bomba, en San Lorenzo, dejó daños a 200 metros de distancia. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Era el 22 de enero y la Secretaría Nacional de Inteligencia (Senain) convocaba a una reunión para analizar la situación en la frontera norte.
El encuentro se denominó Apreciación de Inteligencia estratégica sobre las implicaciones de los procesos de paz en Colombia (FARC y ELN) en la seguridad integral”.
Según documentos judicializados de la Fiscalía, en la cita se hizo un diagnóstico sobre los grupos disidentes de las FARC y los armados del ELN. Analizaron la logística, el abastecimiento, operaciones y delitos.
Durante una hora y media, un oficial habló del Frente Óliver Sinisterra y de su brazo armado, que opera en San Lorenzo.
Allí estuvieron presentes jefes de la Dirección General de Inteligencia (DGI), de la Senain y personal de la Unidad de Gestión de Seguridad Interna de la Presidencia.
El entonces jefe de la DGI dispuso que se coordine una investigación y que participe la Policía Judicial, pues esta entidad había recopilado datos sobre el líder del Frente Óliver Sinisterra conocido como ‘Guacho’, y su gente desde noviembre del 2017.
De hecho, la Fiscalía había abierto una indagación reservada por el delito de asociación ilícita el 7 de noviembre y las líneas telefónicas que usaban los sospechosos ya eran intervenidas por los agentes que estaban a cargo de las investigaciones.
A las 02:00 del 24 de enero, tres días antes del ataque, los agentes asignados al caso recibieron una alerta. En la Sala de Vigilancia Técnica, en donde se intervenían, escuchaban y analizaban las conversaciones del disidente, aseguraba que la organización planeaba detonar armas de fuego.
Ese mismo día, los analistas revisaron los diálogos y la jerga criminal y entendieron que se podía tratar de la detonación de un artefacto explosivo.
La información se compartió con personal de la DGI, la Policía Judicial y de Seguridad Interna de la Presidencia.
Las amenazas parecieron confirmarse solo un día después. El 25 de enero, la Policía recibió información de que a las 02:30 de ese día se había colocado una bomba en San Lorenzo, pero algo en su sistema falló y no explotó.
Entre los oficiales que recibieron la alarma está el encargado del Comando de San Lorenzo, según los expedientes.
La información agregaba que el ataque fallido había sido organizado por el grupo de seguridad de ‘Guacho’. Sin embargo, “por razones desconocidas, el artefacto no detonó”. Los armados recogieron el material y lo llevaron para analizar qué sucedió.
La mañana del 26 de enero, a los agentes que laboraban en ese Comando policial se les dijo que deben estar “más alertas”. Pero no a todos se les informó al detalle sobre los planes de ‘Guacho’. Hasta ahora no se ha explicado por qué se manejaron así las cosas.
El encargado del cuartel policial de San Lorenzo dispuso que a los uniformados que hacen patrullajes a pie y a quienes no tengan armas se les dote de carabinas, para reaccionar ante cualquier alerta.
Las UPC recibieron la orden de reportarse cada hora a la central de radio y se asignó un policía extra para la vigilancia en el ingreso del cuartel.
¿Por qué no se vigiló la parte posterior de edificio? El encargado del cuartel explicó en la Fiscalía que solo tiene 15 agentes para todas las operaciones y que su preocupación mayor era un posible ataque a las UPC. En esos lugares laboran tres o cuatro agentes, en pequeñas casas alejadas de la zona poblada.
La ofensiva del exguerrillero se concretó en las primeras horas del sábado 27. Tras el hecho, Criminalística dice que en ese ataque se emplearon 200 libras de explosivos.
Esos datos se usarán para que en la diligencia judicial de mañana (12 de junio del 2018) se vincule a ‘Guacho’ y otras 21 personas que colaboraban con él en el delito de delincuencia organizada.
Los hechos
27/01/2018
En la madrugada explotó el coche bomba en las afueras del cuartel policial de San Lorenzo-Esmeraldas. El estallido también afectó las viviendas.
30/01/2018
Personal del FBI de los Estados Unidos e investigadores colombianos llegaron a la zona del atentado. Los expertos recogieron las evidencias.
01/02/2018
Se conoció que el vehículo usado para el atentado fue reportado como robado. Los investigadores analizaron el número del motor.