Alerta por accidentes aéreos

Seis accidentes de avionetas de pasajeros en 15 meses en la Amazonía pone los pelos de punta. La más grave es la tragedia del miércoles 1 de octubre, cuando la avioneta Cessna 206 se estrelló sobre la comunidad Sarayaku (Pastaza). Fallecieron cinco personas, con las cuales sube a 13 la cantidad de víctimas desde junio del 2013.

Esos datos constituyen una alerta para investigar ¿qué está pasando con las naves?, ¿las pistas son o no adecuadas?, ¿qué controles se hacen a este tipo de transportación? y, sobre todo, ¿qué tipo de seguridad o garantías tienen los habitantes amazónicos?

Las investigaciones de la Dirección de Aviación Civil (DAC) sobre los primeros casos determinaron que ocurrieron por fallas técnicas y humanas. Uno de los pilotos del último accidente del año pasado en Morona Santiago informó que el percance fue por el mal estado de la pista (no es asfaltada). Esa conclusión fue hecha por la Junta Investigadora de la DAC, tras la indagación.

Si hay toda esa información, cuáles son las medidas que se han tomado para corregir los errores y evitar más tragedias, como las de la semana pasada.

Es importante tomar en cuenta que la transportación aérea es la única forma que tienen los habitantes de las provincias amazónicas para trasladarse de un lado a otro, porque no lo pueden hacer por vía terrestre.

La necesidad es mucho más apremiante en Morona Santiago y Pastaza, donde está la mayor cantidad de más de 250 pistas que funcionan. Un detalle importante es que estas -en su mayoría- son de tierra o lastre. Precisamente, en esas provincias han ocurrido los accidentes: cuatro en Morona y dos en Pastaza.

Los vuelos desde y hacia las comunidades-en una buena parte- se efectúan por el aeropuerto de Shell (Pastaza), considerado el tercero a escala nacional por el alto movimiento de pasajeros. Hasta abril de este año se tuvo información de que Shell tiene un promedio de 30 000 operaciones anuales.

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