El sifón de la calle Montevideo e Independencia, en el barrio de San Juan, en el centro, se está hundiendo por el paso de los vehículos. La obra data de 1980. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Los años de deterioro más la acumulación de basura pasan factura al sistema de alcantarillado. A esto se suma el hundimiento de tuberías y sifones originado por el paso de vehículos pesados. La arena y el ripio en las calzadas obstruyen los conductos y el robo de tapas y rejillas es recurrente.
Esos son los problemas que más afectan a la red de alcantarillado de Quito (5 000 km). Datos de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps) señalan que anualmente se invierte más de USD 700 000 en mantenimiento.
Fabricio Zambrano, subgerente de Saneamiento, asegura que con ese monto se cubren trabajos de limpieza de sumideros, reposición de accesorios y arreglos por hundimiento y rotura de tuberías.
En la calle Guatemala y El Pinar, sector Toctiuco (centro), falta una parte de la alcantarilla. Los peatones corren riesgo de tropezar y caer. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
En lo que va del 2019 se han receptado 250 atenciones de mantenimiento en la Epmaps. El año pasado fueron 627. Por ejemplo, “en La Tola hicimos reposición de accesorios y en el 2019 rehabilitaremos el sistema de alcantarillado”. Sin embargo, todavía falta llegar a otros 141 barrios en este año.
Este Diario recorrió siete sitios de la capital y los vecinos piden a las autoridades que intervengan para solucionar los inconvenientes. Los moradores de Monjas Orquídeas, en el oriente, aseguran que el sistema de tuberías para aguas servidas ha colapsado debido a que tiene más de 40 años. El dirigente Carlos Escobar dice que la iglesia del barrio, ubicada junto al río Machángara, se destruyó por ese problema. “El alcantarillado pasaba por debajo del templo y lo destruyó”.
En el pasaje Liquisambi, las cañerías localizadas al inicio de la calle Gonzalo Escudero registran daños. Los técnicos de Agua Potable trabajaron en ese punto hace tres semanas, pero la gente pide a esa institución que intervenga de forma integral en todo el vecindario.
En la calle Matilde Álvarez y avenida Mariscal Sucre, sector de Chillogallo, hay alcantarillas cubiertas con tierra. La tapa fue sustraída. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
En Jardín del Valle, otro sector situado al oriente, se han realizado trabajos de alcantarillado desde finales del 2018. Sin embargo, Oswaldo Chérrez, presidente del barrio, dice que los problemas persisten porque hay filtraciones de aguas servidas en el pasaje Luis Pérez.
De igual forma, un sifón de la calle Montevideo e Independencia, en el barrio de San Juan, en el centro, se hunde entre las piedras por el paso de los vehículos. Esa tapa se encuentra allí desde hace 39 años.
En la calle Matilde Álvarez y av. Mariscal Sucre, en Chillogallo, hay alcantarillas cubiertas con tierra. La tapa fue sustraída. Lo mismo ocurre en la calle Guatemala (Toctiuco): una rejilla fue robada.
Ante ese tipo de problemas, los usuarios pueden comunicarse con el número 1800 24 24 24 o a través de las redes sociales de la Epmaps para presentar sus quejas o denuncias.
En la av. Giovanni Calles, sector de Carapungo (norte), la gente pide que la instalación de la tubería de agua potable se realice con celeridad. Foto: Cortesía Municipio
José Burbano, jefe de Fiscalización de la entidad, asegura que en Quito la cobertura del servicio de alcantarillado llega al 93%. En agua potable alcanza el 99,3%. “Nos falta en los barrios que no se regularizan y son periféricos. Se ubican en Píntag, cerca de Cumbayá o las parroquias de Nanegal, Nanegalito”. En lo que respecta a la instalación de alcantarillado, cada mes se recepta un promedio de 10 pedidos. “Trabajamos en las 33 parroquias rurales en donde no había ese servicio”.
El principal problema que afecta a los 7 700 kilómetros de redes de agua potable constituyen las obras y construcciones que se realizan sin seguridades. La circulación de maquinaria pesada y las excavaciones dañan las tuberías.
Lo indica Jaime Garzón, subgerente de Agua Potable de la Epmaps. Cada día, esa institución recepta 25 llamadas o mensajes para atender emergencias por cortes del servicio, problemas en las válvulas, etc.
Edison Carrillo es dirigente del barrio Tola Nueva, en el oriente de la urbe. Asegura que permanecieron 15 días con una tubería rota en el sector y la Epmaps se demoró en arreglar el problema. Ante ese tipo de quejas o pedidos, Garzón explica que los daños se atienden a la brevedad posible.
En Carapungo, los vecinos esperan que los trabajos de cambio de tubería de agua terminen pronto en la avenida Giovanni Calles. El presidente del Comité Pro Mejoras, Geovanny Cevallos, dice que la anterior se deterioró por el paso de vehículos pesados provenientes de una construcción. También porque se incrementó la demanda del servicio. “Para solucionar el problema hicimos un contrato para cambio de toda la tubería y está en ejecución. Se han terminado los trabajos, solo nos falta la interconexión”, acotó Garzón.