Redacción Quito
Las inundaciones son un problema que afecta cada año a Francisco Tobar. Él vive en el sector del aeropuerto desde hace 15 años y afirma que cada invierno debe prepararse para lo peor.
La misma molestia tiene Guillermo Álvarez. Él tiene un negocio de helados en la avenida De la Prensa, frente al aeropuerto. El comerciante señala que en cada época de invierno el intercambiador, ubicado frente a la terminal aérea, se inunda.
Álvarez guarda fotografías de las anegaciones. Acotó que cada vez que ocurren estos incidentes también se genera congestión. “Es desesperante. Las autoridades saben del problema pero parece que no hacen nada”.
El gerente de Operaciones de la Empresa Metropolitana de Alcantarillado y Agua Potable (Emaap), Leoncio Galarza, señala que las inundaciones que se registraron la semana pasada en el aeropuerto fueron causadas por problemas en el colector de la av. Eloy Alfaro, en el norte.
El técnico explica que este ducto trabajó a presión, debido a la gran cantidad de agua lluvia. Según Galarza, el mal funcionamiento de ese ducto impidió la adecuada operación de los túneles de la avenida República y Diego de Almagro. “Son colectores obsoletos y antiguos, construidos hace 50 años”.
La anterior administración municipal inauguró en julio del 2009 el colector de Iñaquito. En esa época, el entonces gerente de la Emaap, Juan Neira, afirmó que con esa obra se evitarían los desastres de las inundaciones habituales en el norte. Él se refirió a las inundaciones del aeropuerto Mariscal Sucre y la Jipijapa.
Sin embargo, Ángel Méndez, otro morador del sector del aeropuerto, dice que no se ha notado ninguna mejoría en el sistema de alcantarillado. Él fue testigo de la inundación de la terminal aérea el pasado jueves. “Las tapas de las alcantarillas volaron por la presión del agua. Es muy peligroso”.
Galarza afirma que para solucionar definitivamente las inundaciones en el norte todavía hace falta construir ductos de alivio. “Estamos en proceso de licitación. El colector de Iñaquito funciona, aunque todavía faltan tramos por conectar”.
Pero los problemas en la red de alcantarillado no solo se presentan en el norte, sino también en el centro de la ciudad.
Los fuertes aguaceros aflojaron la tierra de un relleno de los pasajes Maldonado y Sanguña, dentro del centro comercial Ipiales.
Allí se formó un boquete de aproximadamente 8 metros de diámetro, el domingo.
Ayer, personal de la Emaap realizaba los trabajos de mantenimiento. En el lugar hay 12 locales comerciales en riesgo de caer.
Angelita Elive, propietaria de uno de los locales en riesgo, dice que no sabe en qué trabajará mientras duren las obras de reparación. “Este es nuestro único sustento y ahora no se qué hacer”.
Los obreros municipales colocaron barreras metálicas alrededor del boquete para evitar accidentes. También se colocaron tuberías plásticas y se removió la tierra floja del sector.
Debajo de los locales se observó un gran socavón. “Las tiendas están sobre el aire”, comentó Elive.
La Emaap señala que en este caso no fue el colector el problema, sino las conexiones domiciliarias mal estructuradas las que ocasionaron el agujero.
Los representantes de los comerciantes afirman que estarán pendientes de que la obra concluya de inmediato para evitar pérdidas económicas.
Galarza dice que aún no tienen una fecha exacta de cuándo terminará la reparación. Pero añadió que también se realizará una evaluación para determinar qué otros sectores son vulnerables.
Los colectores
Según la Emaap, Quito está cubierta en un 93,5% con sistema de alcantarillado. Pero aún faltan hacer más colectores para suplir las necesidades de la población en época de lluvias.
En la construcción del colector Iñaquito, el más grande de la ciudad participaron siete contratistas. La obra tiene 3 757,65 metros de túneles. Además, 683, 53 metros de embaulado y una rápida gradeada de 163,43 m.
Otro colector inaugurado en el 2009 fue El Batán. Este ducto tiene capacidad para soportar hasta 230 m³ de agua. Esta obra evitaría las inundaciones de La Carolina y la plaza Argentina.