Nisman: La muerte que divide a la sociedad argentina

El fiscal de la Argentina, Alberto Nisman, da una conferencia de prensa en Buenos Aires el 20 de mayo de 2009. El próximo 18 de enero se cumple el tercer aniversario de la controvertida muerte de Nisman. Foto: AFP

El fiscal de la Argentina, Alberto Nisman, da una conferencia de prensa en Buenos Aires el 20 de mayo de 2009. El próximo 18 de enero se cumple el tercer aniversario de la controvertida muerte de Nisman. Foto: AFP

El fiscal de la Argentina, Alberto Nisman, da una conferencia de prensa en Buenos Aires el 20 de mayo de 2009. El próximo 18 de enero se cumple el tercer aniversario de la controvertida muerte de Nisman. Foto: AFP

En su tercer aniversario, la muerte de Alberto Nisman, el fiscal que involucró a la expresidenta Cristina Kirchner en la investigación del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) , el más cruento en la historia de Argentina con 85 víctimas, todavía divide al país.

Nisman, de 51 años y padre de dos hijas, fue hallado muerto el 18 de enero de 2015 en el baño de su departamento de Buenos Aires. Tenía un disparo en la sien y un arma Bersa calibre 22 a su lado.

Cuatro días antes había pedido indagar a Cristina Kirchner y a su entonces canciller Héctor Timerman por la firma de un memorándum de entendimiento con Irán, que según el fiscal sirvió para encubrir a los responsables del atentado a la AMIA, y debía acudir ante una comisión parlamentaria para argumentar su denuncia.

Su muerte conmocionó a la sociedad argentina. Al día siguiente, miles de personas se volcaron a una manifestación en la calle para pedir justicia. Las movilizaciones se repitieron con constancia durante los primeros meses. Pero aún no se esclarece qué pasó.

La tesis del homicidio 

A fines de 2017, por primera vez, un juez federal consideró que la muerte de Nisman “no obedeció a un suicidio”. En su resolución, el magistrado Julián Ercolini procesó, entre otros, al exasesor informático del fiscal y dueño de la Bersa calibre 22, Diego Lagomarsino, como supuesto “partícipe necesario del delito de homicidio”.

Para Waldo Wolff, diputado nacional del partido oficialista PRO y ex vicepresidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) , no hay dudas. “Yo considero, en función de las pruebas que he leído, que a Nisman lo mataron”, dijo a la AFP .

Sergio Burstein, ex dirigente de la organización Familiares y Amigos de las Víctimas de la AMIA, también tiene certezas, pero opuestas.

“La justicia argentina está empeñada en asesinar a un suicida”, aseveró a la AFP .

Su exesposa y madre de sus dos hijos mayores, Rita Worona, está entre las víctimas del atentado del 18 de julio de 1994 contra la mutual judía.

La tesis del suicidio 

“O fue un suicidio porque la investigación de Nisman carecía de evidencias judiciales y sus aliados lo dejaron solo. O fue un asesinato porque un complot entre algunos funcionarios y fuerzas de seguridad quiso silenciarlo”, resumió a la AFP Damián Fernández Pedemonte, director de la Escuela de Posgrados de la Universidad Austral.

Desde el comienzo, la muerte del fiscal originó dos narrativas. Las pericias también fueron dos y los resultados, contradictorios. O el fiscal estaba solo y se suicidó frente al espejo. O dos sicarios entraron en su domicilio, lo redujeron y lo drogaron antes de ultimarlo.

“La muerte de Nisman está plagada de misterios, que propician la construcción de un relato ficcional que avanza donde la causa judicial no”, sostuvo Fernández Pedemonte.

Encubrimiento a iraníes 

El memorándum de entendimiento con Irán fue firmado en 2013 por el Poder Ejecutivo y aprobado por el Congreso argentino para, según el gobierno, destrabar la causa AMIA. Pero para el fiscal, el pacto buscaba en realidad garantizar la impunidad de los iraníes acusados por el atentado, a cambio de intercambios comerciales.

“Su personalidad no le permitió soportar lo que iba a suceder. El castillo de arena que él había armado se le destruyó y se pegó un tiro. Con todo el dolor que me cuesta decirlo, pero sí se pegó un tiro”, afirmó Burstein, sobre la muerte del fiscal.

Por la denuncia de Nisman por el acuerdo con Irán, en diciembre de 2017 el juez federal Claudio Bonadio procesó a Cristina Kirchner y a Timerman.

Los fueros parlamentarios de la expresidenta, actual senadora, impiden su detención. Timerman, en tanto, ha cumplido prisión domiciliaria preventiva, pero la semana pasada quedó en libertad debido a su grave estado de salud por un cáncer.

Lo que sigue 

El proceso judicial sobre la tesis del homicidio debe definirse en febrero, cuando la Cámara federal confirme o deseche la resolución del juez Ercolini.

Pero por ahora, tres años más tarde, esa muerte sigue siendo un parteaguas en Argentina, donde los seguidores de Kirchner y los del presidente Mauricio Macri “usaron políticamente el caso Nisman”, según Fernández Pedemonte.

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