El refugio está ubicado en la vía al aeropuerto de Esmeraldas Carlos Concha Torres. Los damnificados reciben alimentos y cuentan con todos los servicios básicos. Foto: MarcelBonilla / EL COMERCIO
Mayra Bone y Yesenia Tenorio son dos mujeres que perdieron sus casas tras el terremoto del 16 de abril del 2016, que afectó a Manabí y Esmeraldas. A partir de ese momento fueron a casas de familias acogientes, pero desde de junio del 2016 están a un albergue con sus hijos y familiares.
Este refugio está ubicado en la vía al aeropuerto de Esmeraldas Carlos Concha Torres, donde funciona el campamento del Cuerpo de Ingenieros del Ejército. Ahí, los damnificados reciben alimentos y cuentan con todos los servicios básicos.
Ambas mujeres, por más de 15 años, vivieron en el barrio Santa Cruz, zona alta de la ciudad de Esmeraldas. Pero el sismo ocasionó la caída de sus casas de caña guadúa y madera, y las dejó en la calle, sin sus enseres y con deudas pendientes.
Este albergue es el único creado en la ciudad de Esmeraldas para personas que perdieron sus casas con el terremoto y los sismos. Allí están 66 personas de 18 familias, que aprovechan las tardes para reunirse en el patio del campamento. Mayra Bone, por ejemplo, aprovecha las mañanas para lavar la ropa de sus dos hijos en la lavandería del campamento. Dice que está cómoda, pero que aún no sabe cuánto tiempo deberá estar ahí.
“Decidimos venir hasta acá porque pensamos que podían ayudarnos más rápido para empezar a construir nuestras casas, pero veo que los trámites son lentos”, señala Bone, mientras permanece sentada lavando su ropa.
Desde donde está ubicado el albergue se llega a la ciudad en 10 minutos, pero no se cuenta con una línea de buses que cruce de forma permanente por el lugar, solo las unidades intercantonales que lo hacen cada media hora o más. También motocicletas que cobran hasta USD 1,50.
Yadira Solano, una de las albergadas que perdió su casa en el sector de Vuelta Larga, sur de la urbe, dice que uno de los problemas en ese albergue es la transportación de los niños que deben ir a sus escuelas y que para ello deben cruzar toda la ciudad.
En ese albergue hay 24 niños que necesitan recorrido de transporte para que sean llevados a sus planteles educativos que están en San Rafael, Vuelta Larga y en el centro de la ciudad. “Había un recorrido pero fue suspendido parcialmente, y ahora tenemos inconvenientes para enviar a los niños a las escuela”, comentó.
La administración del único albergue creado para los damnificados por el terremoto es administrado por el Ministerio de Inclusión Económica y Social (Mies), y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, que apoya con trabajos de demolición de las casas afectadas por el terremoto en la ciudad.
El director de Gestión de Riesgos del Municipio de Esmeraldas, Renato Tambaco, dijo que en los albergues se aplicará el Plan Retorno, para los casos de daños leves en las viviendas, y que están en condiciones de habitabilidad tras la evaluación técnica.
En la ciudad existen otros siete albergues donde permanecen, desde enero de este año, unas 600 personas que resultaron damnificadas pero por las inundaciones, debido a las lluvias que azotaron la ciudad de Esmeraldas en el primer trimestre de este año.