Pulido fue secuestrado por cuatro hombres armados la noche del sábado, 28 de mayo. Foto: EFE
Tras la heroica actuación del futbolista mexicano Alan Pulido para terminar con 24 horas de secuestro golpeando a un captor para quitarle su teléfono y llamar a la policía, analistas y familiares de desaparecidos cuestionan la versión oficial del feliz desenlace.
Dudar de la autoridad en sucesos de alto impacto es casi regla en México, un país marcado por la corrupción y una alta impunidad.
Entre los casos más notorios que generaron dudas está el homicidio del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio en 1994, las dos fugas, en 2001 y 2014, del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán o la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa que según la “verdad histórica” fueron asesinados e incinerados por narcotraficantes, lo que echaron por tierra expertos independientes.
“La dudas se han construido sobre una montaña de mentiras de décadas”, explica a la AFP Alejandro Hope, exfuncionario de inteligencia de México y editor de Daily Post.
“¿Cómo se combate eso? Con transparencia”, dijo Hope.
La aparente incompetencia de lo secuestradores en una región conocida por sus bandas especializadas en tales crímenes sorprendió a muchos, y el que Tamaulipas celebre elecciones el próximo domingo también desató suspicacias.
Armando Pulido, hermano de Alan y delantero del Kissamikos de segunda división griega, rechazó en entrevista con Imagen Radio que se trate de un montaje porque él mismo habló con un secuestrador que pidió 325 000 dólares de rescate.
Pero admite que al inicio la familia pensó que “pudo haber sido por tema político” antes de las elecciones, pero que luego “vimos que no era así”.
Pulido fue secuestrado por cuatro hombres armados la noche del sábado tras asistir a una fiesta en su natal Ciudad Victoria, capital de Tamaulipas.
Las dudas aparecieron con la misma rapidez con la que el delantero del Olympiacos griego consiguió escapar a sus captores.
Una ola de incredulidad inundó las redes sociales y este martes alcanzó a la prensa con columnas que lanzan innumerables cuestionamientos directos a funcionarios de Tamaulipas, escenario de violentas pugnas entre el cartel del Golfo y los Zetas.
Carlos Puig, en el diario Milenio, ironiza sobre la “hazaña” de Pulido: “¿Los secuestradores Tamaulipecos, que según sabemos abundan, son tan güeyes (tontos) para que con un forcejeo se les vaya un secuestrado? ¿Los secuestradores ya no amarran a sus víctimas? ¿O los futbolistas tienen trato especial de sus victimarios?”.
Según el fiscal estatal, Ismael Quintanilla, Pulido se quedó solo con un captor en la casa que les servía de guarida, “logró zafarse ” de las ataduras, sometió al criminal, le quitó el celular y “ pudo hacer una llamada de emergencia”. Este secuestrador fue detenido, los otros se fugaron.
¿Cómo supo el sitio exacto de la guarida? Quintanilla dice que, tras romper con la mano una ventana, Pulido se asomó y dio “señas” de qué se veía en la calle. En minutos llegaron patrullas.
Isabel Miranda de Wallace, de la organización Alto al Secuestro y cuyo hijo fue plagiado y asesinado en 2005, no duda de la autenticidad del secuestro, pero sí de la espectacular liberación.
Por ejemplo, dijo Miranda, una víctima nunca sabe adónde la llevan sus captores. Y “nunca”, remata, ha sabido de una persona capaz de someter tan fácilmente a uno de Los Zetas, señalados como los autores.
“No sabemos si alguien del gobierno habló con (los secuestradores) para que lo devuelvan porque recibieron mucha presión internacional”, señala Miranda.
El gobierno local ha sido acusado de estar penetrado por el narcotráfico.
Estrategia electoral
“La historia del secuestro de Pulido es muy difícil de comprar. Para colmo, el hecho de que ese suceso se diera, con exactitud temeraria, siete días antes de las elección para gobernador, alimenta aún más las sospechas”, escribió Luis Cárdenas, columnista del diario El Universal.
El domingo próximo, en Tamaulipas, el estado mexicano que registra el mayor número de personas desaparecidas con más de 5 000 casos, se elige gobernador, diputados estatales y alcaldes.
El gobernador siempre ha sido del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) .
En la elección de 2010, seis días antes de los comicios, el candidato a gobernador por el PRI, Rodolfo Torre, murió en una emboscada atribuida a los Zetas. Lo sustituyó su hermano Egidio.
“Para todos aquí (en Ciudad Victoria) es un montaje al que se prestó el futbolista por las elecciones. O el gobernador quiso ponerse la capa de héroe y ayudar al PRI o quieren que la gente se asuste y no salga a votar y así hagan fraude”, dice Guillermo Gutiérrez Riestra, del colectivo Familiares y Amigos de Desaparecidos de Tamaulipas, y cuya hija, Raquel, fue plagiada en 2011 por un comando armado que irrumpió en su casa.
“Jamás haríamos una cosa de esa magnitud. La realidad es que sí fue secuestrado por un grupo de esos que andan haciendo daño”, se defendió en declaraciones a Radio Fórmula Baltazar Hinojosa, candidato a gobernador del PRI.
El fiscal Quintanilla tacha de “muy injusto” que se especule sobre un montaje pues, para ello, se necesita “un equipo muy grande de actores” y resultaría que Pulido “es muy buen actor”.