Ciudad de México, Ansa
El sismo de 7,2 grados Richter que azotó el domingo el norte de Baja California afectó a 25 000 personas, la mayoría en las zonas rurales, informó hoy el gobernador de esa provincia mexicana fronteriza con Estados Unidos, José Guadalupe Osuna.
Calculó de manera preliminar que los daños afectaron a cuando menos 60 000 hectáreas de cultivos en el valle de Mexicali a causa del desbordamiento de los canales Reforma y Nuevo Delta.
El sismo había tenido hasta anoche unas 500 réplicas y lo precedió una serie de movimientos desde el 31 de marzo, dijeron especialistas del Centro de Investigación Científica y Estudios Superiores de Ensenada y la Universidad Estatal de California en San Diego.
“Fue un evento sin precedentes en la historia de la zona y produjo una rotura hasta de 80 kilómetros a lo largo del plano de falla, pero no causó daños mayores porque liberó su energía hacia el noroeste, aunque en la secuencia de réplicas hubo al menos siete que llegaron hasta 5,4 grados Richter”, dijeron los expertos.
El Servicio Sismológico mexicano dijo que la sacudida fue muy similar a la que devastó Haití el 12 de enero, porque se localizó a escasa profundidad y cubrió una vasta zona, pero la principal diferencia entre ambos casos fue el respeto a los códigos de construcción en Baja California.
El sismo fue de corrimiento lateral y se extendió al municipio de Tijuana y a las ciudades estadounidenses de Calexico, San Diego y Los Ángeles, California, porque tuvo lugar en el sistema de fallas Cerro Prieto, una prolongación de la falla de San Andrés, donde topan las placas tectónicas del Pacífico y de Norteamérica, explicaron los expertos.
El gobernador de Baja California reportó como “estable” el número de víctimas, con dos muertos y 233 heridos.
Anunció que el 95% de la energía eléctrica ya fue restablecida en la ciudad de Méxicali, capital de la provincia, y el suministro de agua “ya fluye en su totalidad”. La dirección de Protección Civil de Baja California reportó que hubo 45 derrumbes en toda la entidad, 37 de ellos en la capital Mexicali, donde también hubo 21 incendios a causa del sismo que sacudió la frontera de Baja California y Sonora con Estados Unidos.
Miles de habitantes de Mexicali durmieron por segunda noche consecutiva en espacios públicos ante el temor de un nuevo remezón, mientras las autoridades civiles cancelaron las clases en todos los planteles educativos. El gobierno local instaló cuatro albergues donde fueron recibidos 3 500 damnificados.