Redacción Construir
Cecilia García y sus hijos, Matías y Mateo Reyes, llegaron al almacén de Expocolor en busca de una solución. La idea era darle otra cara a un viejo edificio.
En el puesto en donde funciona el sistema Cóndor Trend, Johaira Revelo explicaba el proceso. Lo que tratamos, dice Darwin Fuentes, de Pinturas Cóndor, es de ayudar al cliente a poner color en su propio espacio. Las personas vienen con sus fotografías ya sea en la misma cámara o en una ‘flash memory’ e incluso impresas, las bajamos y digitalizamos para asesorarlos.
El siguiente paso es poner las fotos en el programa, que se asemeja al Photoshop, y ahí se van cambiando los tonos. Se marca el espacio en el que se va a trabajar.
“Hacemos un juego de colores hasta que el cliente escoge la opción que más le agrada. Si nos dejan las fotos, lo que hacemos es que, por ejemplo el cliente pide el dormitorio verde, le damos algunas posibilidades adicionales e incluso trabajamos con los objetos decorativos. Elaboramos combinaciones con ese y más tonos”, cuenta Fuentes.
En el sistema tenemos los colores que existen en los abanicos de pinturas. Lo que hacemos es ingresar la fórmula y el código y nos sale la muestra.
En cuanto a las mezclas, el almacén tiene aproximadamente 3 000 opciones. Y los tonos directos suman 5 000 posibilidades. “Además, tenemos diferentes tipos de bases que dependen de la intensidad del color”.
“La idea es dar un asesoramiento al cliente para que vea cómo va a quedar la obra terminada. Combinamos colores de diferentes gamas. Pero siempre les explicamos a los clientes que el color que se ve en el monitor no va a ser el 100% igual al que finalmente vamos a tener después de hacer la mezcla”.
Pero, añade Fuentes, después de escoger el color también ayudamos con datos de cómo pintar y damos asesoría sobre los detalles arquitectónicos. Podemos hacer hasta ocho propuestas de tonos para el mismo inmueble.
El proceso es totalmente gratuito y forma parte de la comercialización de los tintes y de las bases que se ofertan en el local.