El agua potable disminuye en Chone

Redacción Santo Domingo

Una poza de agua verdosa y maloliente reemplazó al cauce del río Chone, en Manabí. Una bomba permite que este líquido, mezclado con algas y arena, ingrese a la planta de tratamiento.

Por el bajo caudal del río, Fernando Vera, un trabajador de la planta, debió sumergirse en las aguas en proceso de putrefacción. Él instaló dos mangueras conectadas a bombas succionadoras, con el propósito de extraer el líquido y trasladarlo hasta la planta potabilizadora.

Un proyecto
El prefecto Zambrano mencionó que el Proyecto de Propósito Múltiple Chone está en proceso de contratación. Así se dará paso a la habilitación de una represa que permita almacenar agua para abastecer a la zona.
 Los estudios de este proyecto  datan de 1986. Desde ese fecha, el cantón manabita de Chone sufre inundaciones y sequías que se presentan cada año.
El proyecto está dividido en etapas. La principal es la construcción de la represa del río Grande. Este embalse tendrá la capacidad de almacenar un volumen de 75 millones de m³ del líquido vital. Para el proyecto de agua potable se requiere una inversión de USD 24, 1 millones. Los recursos están disponibles.

La escasez del líquido no es el único problema. A este se suma el colapso de la planta de tratamiento. Según Jhon Moreira,  uno de los técnicos, estas instalaciones se construyeron para potabilizar 10 000 litros por segundo.

Pero, ahora, Chone tiene una demanda de 20 000  litros por segundo. En estos días de sequía, solo se potabilizan alrededor de 3 000 litros por segundo.

La escasez de agua se siente en toda la ciudad. Uno de los barrios más afectados es Los Almendros. Ahí vive María Barberán. Ella, con sus cinco hijos y su esposo, comparten una pequeña casa de caña de 6 metros por 5. El jefe de familia es una persona con capacidades especiales.

Para conseguir agua para su hogar, Barberán se  levanta todos los días  a la 01:00. Ella se dirige a la casa de su vecina. Lleva consigo una pequeña bomba de agua, una manguera de 10 metros de largo y un cable eléctrico de la misma longitud. La conexión sale desde su casa y cruza la calle lastrada y polvorienta.
Otras cinco vecinas de Barberán hacen lo mismo. “Solo a esta hora consigo agua”.

Clemencia Lara cuenta que el poco líquido obtenido solo sirve para preparar los alimentos  para sus hijos. “A veces no tenemos agua para lavar, toda la ropa está sucia y amontonada”.

El agua nunca llega a Los Almendros durante el día, excepto cuando se aplican los cortes de energía eléctrica. “Solo cuando la luz se va llega un poquito de agua, caso contrario el tubo está seco”.

Las familias de Los Almendros tampoco pueden pagar el costo de un tanquero. Este valor fluctúa entre USD 10 y 25. Muchos cuentan que, incluso, se les hace difícil comprar los bidones.

La disminución de caudales en los ríos Chone, Garrapata y Mosquito impiden un normal tratamiento del líquido vital, lo que afecta al suministro tanto en cantidad como en calidad.

El Ministro de Desarrollo Urbano y Vivienda, Walter Solís, ofreció conseguir bombas de succión. El propósito es que se construyan al menos dos pozos profundos en lo que fue el cauce del río Chone. El prefecto de Manabí, Mariano Zambrano, facilitará maquinaria para las excavaciones de pozos. Se espera que las obras estén listas en tres semanas.

Suplementos digitales