Wilson Araque, director del Observatorio de la Pequeña Empresa de la UASB, da las clases a los adultos mayores. Foto y Video: Pavel Calahorrano/EL COMERCIO
Nunca estudió la universidad. Ni siquiera terminó el colegio. Pero hoy está sentada en una de las aulas de la Universidad Simón Bolívar, aprendiendo economía y liderazgo.
El martes próximo, a sus 69 años, María Angélica Condoy, se graduará junto a 29 compañeros, luego de haber recibido un curso intensivo de emprendimiento. Tiene claro cuál será su siguiente paso: abrir su propia empresa de chocolatería.
Pide ser llamada Angelita, como le dicen sus amigos. Vive en Cutuglagua, cerca a Machachi, junto con cuatro de sus seis hijos. Sus manos son diestras para hacer manualidades, arreglos florales, pinturas… Pero hoy, además, ya está convencida que elaborar hermosos adornos o dulces no sirve de nada sirve si no los vende.
Darles las herramientas para que las personas de la tercera edad puedan desarrollar sus emprendimientos es uno de los objetivos del Sistema Integral de Atención al Adulto Mayor que lleva a cabo el Patronato San José. María Fernanda Pacheco, presidenta de la entidad, explica que las capacitaciones son posibles gracias a un convenio firmado entre el Patronato y esta Universidad.
Las estadísticas del INEC señalan que a partir de los 55 años, el trabajo formal disminuye drásticamente y se dispara el subempleo y autoempleo.
Según un estudio que levantó el Patronato, las oportunidades de ser contratados bajan hasta en un 60% para las personas de la tercera edad.
Ese estudio reveló otro dato interesante: los abuelos no quieren un trabajo de ocho horas al día, debido a que la mayoría tiene otro tipo de responsabilidades como ayudar a cuidar a sus nietos. Según Pacheco, así surgió la idea de buscar un esquema intermedio que les permitiera recibir ingresos, sentirse productivos y disponer de su tiempo.
Las capacitaciones son complemento del programa 60 y Piquito, que aactualmente acoge a más de 23 000 adultos mayores. En Quito hay 406 de estos centros en donde se dictan más de 2 000 talleres de panadería, pintura, floristería, manualidades, maquillaje, computación, agricultura urbana, entre otros más.
Angelita aprendió a elaborar chocolates en el centro 60 y Piquito del Perpetuo Socorro, en el sur, donde asiste hace un año. Sabe que su retentiva no es como cuando estudió tercer curso (el último que culminó), por eso volver a clases no le resultó fácil. Debe salir de su casa antes de las 06:00 y regresa pasadas las 14:00, pero la motiva saber que eso le ayudará a abrir su microempresa.
Según los indicadores de empleo del INEC, en el país hay 522 552 personas mayores de 65 años que son económicamente activas, y 661 868 inactivas. Además, 61 109 tienen empleo no remunerado.
Pacheco asegura que el grado de vulnerabilidad de los adultos mayores es alto, no solo porque tienen una situación económica difícil, sino porque algunos padecen incluso algún tipo de discapacidad. Por eso no basta con capacitarlos.
Parte del programa consiste en garantizarles un espacio de comercialización de sus productos en ferias municipales.
El 17 de junio, en el campus universitario, los recién graduados venderán sus productos. Además, el mes entrante, el Patronato sacará al mercado un catálogo con los productos referenciales que los adultos mayores produzcan. Así, las empresas que deseen hacer un trabajo social pueden tenerlos como proveedores. El convenio fue firmado por un año, con miras a ser renovado. Cada capacitación toma tres semanas, es de 08:00 a 12:00. Pacheco estima que anualmente, se capacite a más de 500 abuelitos.
Detrás de su pelo cano, de las grietas que el tiempo marcó en su piel, hay sueños que cumplir: Inés Vega, de 83 años, pondrá su negocio de venta de tejidos y manualidades. Gerardo Chasiluisa, de 67 años, quiere ganarse la vida vendiendo artesanías de madera…
Ellos son lo que Wilson Araque, director del Observatorio de la Pequeña y Mediana Empresa de la U. Simón Bolívar, llama “una invaluable acumulación de conocimientos y experiencias”.
Todos los maestros son voluntarios, que entregan su tiempo como aporte al proyecto. Es, según Araque, una manera de agradecerles por lo que hicieron por sus familias y por la ciudad.
En contexto
Para formar parte de las capacitaciones de emprendimientos de la tercera edad en la Universidad Andina hay que pertenecer a uno de los centros del programa 60 y Piquito del Patronato San José. En un año se graduarán 5 000 adultos mayores.