Acuartelamiento Militar Tercera Llamada. Junta de Calificación, cientos de jóvenes esperan ser seleccionado para el acuartelamiento. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Los pulgares levantados asomaban por la parte posterior de un camión con cubierta de camuflaje. “¡Zumba, Zumba, Zumba!”, gritaban los conscriptos amontonados, anunciando a sus familiares el sitio donde cumplirían su servicio militar voluntario, en Zamora Chinchipe.
La mañana de este 3 de septiembre del 2016, más de 2 000 jóvenes rodearon varias cuadras alrededor de la Dirección de Movilización, en el norte de Guayaquil, para ser parte del proceso de acuartelamiento. Algunos incluso llegaron de otras provincias. Este fue el tercer llamado para la leva del 97, aunque también podían enrolarse los nacidos en los años 1994, 1995 y 1996.
Algunos, como Gabriel Mieles, llegaron desde el pasado jueves.
“Quiero servir a mi Patria. Y como la situación está dura, he buscado trabajo y no me sale, quiero buscar una oportunidad en el Ejército”, dijo el joven de 21 años, sentado en el piso mientras esperaba el bus que lo llevaría a un cuartel en Loja.
El teniente coronel Pablo Maruri, jefe de la Base de Movilización Occidental, explicó que pese a la cantidad de interesados solo podían recibir a 1 042. “En Guayaquil hay bastante motivación de llegar a nuestras filas. Siempre la convocatoria excede el cupo disponible”.
Durante seis meses los conscriptos tendrán un entrenamiento militar básico y al finalizar el curso se podrán licenciar como soldados de reserva. “Ahora estamos tratando de implementar un módulo de gestión de riesgos, para que estén capacitados en situaciones de emergencia como sucedió con el terremoto en Manabí”, indicó Maruri.
En los patios de la base se instalaron distintas carpas para los filtros de revisión de antecedentes personales, registro de datos, pruebas psicológicas, físicas y médicas. Los acuartelados de Guayaquil fueron enviados a 23 repartos de las tres ramas de las Fuerzas Armadas, ubicados en las provincias de Zamora Chinchipe, Morona Santiago, Loja, Galápagos y Guayas.
Anthony Alverca, de 18 años, llegó desde el viernes por la mañana y fue enviado a Macará (Loja). “Ha sido difícil conseguir empleo. En algunos trabajos me piden la libreta militar, aunque espero quedarme en las Fuerzas Armadas”.
Las bases de movilización Norte, Centro y Sur también cumplieron con este proceso. En todo el país esperaban reunir a 5 000 jóvenes.