Un hombre desangró en la puerta de la casa de sus padres, ubicada en el barrio Unión La Paz, en el sector de Atucucho, en el norte de Quito. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Los tres hijos de la víctima, de 12, 9 y 5 años, observaron cómo el cuerpo de su padre yacía sin vida sobre la vereda. Se ubicaron detrás de la cinta de seguridad, tenían los ojos hinchados y sus lamentos se escuchaban a metros de distancia.
Luis Guillermo Simbaña, de 30 años, murió la noche de este jueves 26 de noviembre del 2015. Se desangró en la puerta de la casa de sus padres, ubicada en el barrio Unión La Paz, en el sector de Atucucho, en el norte de Quito.
Marina Aguilar, allegada a la familia del joven padre, regresaba a su casa a las 18:30 cuando le llamaron para avisarle de la noticia. Cuenta que al llegar a la casa de su comadre encontró tanto al padre como a la madre del chico llorando alrededor del cuerpo.
La noticia del crimen se extendió de forma rápida por el populoso barrio. A los pocos minutos decenas de personas salieron de sus casas para observar la triste escena. La esposa de la víctima, sus hermanos, padres, hijos y sobrinos no encontraban consuelo. “¡Ñañito, quién te hizo eso!”, gritaba el familiar.
Los agentes de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida (Dinased), junto a un equipo de Criminalística, revisaron el cuerpo y, en la primera inspección ocular, notaron que tenía una herida en la espalda cerca de uno de sus pulmones. También encontraron una estela de sangre que iniciaba a tres cuadras de la casa, en la calle Manuel de Jesús Álvarez y OE16A. En ese punto, cerca del centro de Salud Comunitaria Atucucho, iniciaba el rastro.
Marina cuenta que fue apuñalado y desde allí caminó hasta la casa de sus padres, pero antes de desplomarse logró golpear la puerta. “Son de escasos recursos económicos, los padres ahora necesitan la ayuda de alguien para enterrarlo”, se lamentaba la mujer, quien también comentó que la víctima era albañil.
Un testigo, quien miró cómo el joven era apuñalado, contó con recelo que cerca de las 18:20 escuchó una pelea entre Guillermo, un desconocido y dos mujeres.
“Primero solo se estaban hablando, luego eran gritos. El desconocido le reclamaba al señor que ahora está muerto sobre una pelea en la que el finado (supuestamente) le habría apuñalado al hermano del desconocido”, dijo. Aparentemente, se trataría de una venganza. Las dos mujeres que lo acompañaban, dijo el testigo, eran familiares del hombre que le apuñaló y cargaban palos con los que agredieron a la víctima.
Pasadas las 22:00, luego de que la ambulancia de Medicina Legal se llevara el cuerpo, los hijos de Guillermo, sus hermanos y sobrinos se sentaron en la puerta de la casa. Tenían los zapatos manchados con sangre. Marina buscó un balde con agua y mientras la familia lloraba tomó una escoba y lavó la acera. Ellos pidieron que se investigue y que los responsables sean detenidos.