Redacción EspectáculoIr al cine en Quito un fin de semana requiere más tiempo del pensado. Una persona llama desde su casa u oficina al número telefónico de Cinemark para comprar boletos por esta vía, pero no contesta nadie. Entonces debe cruzar la ciudad desde el sur hasta la Plaza de las Américas, pero al llegar a la boletería se encuentra con que las entradas a cualquier película de estreno se han agotado. Entonces tiene dos opciones: se resigna o ve la siguiente película, para la que aún hay boletos, o compra sus tiques para la siguiente función de lo que quería ver. Eso le pasó a Andrea. Cansada de marcar el número de venta telefónica decidió llegar el domingo, a las 20:30, a Cinemark y comprar siete boletos para la función de las 21:20. Quería ver ‘Enamorándome de mi ex’ (‘It’s complicated’). Sus amigos llegaron poco después y se sentaron a tomar un coctel en un restaurante de la plaza central, mientras esperaban la hora de ver la película protagonizada por Meryl Streep, Steve Martin y Alec Baldwin. La siguiente fase fue la compra de snaks… Aunque parezca mentira, ya habían pasado cinco horas desde que Andrea empezó a organizar la salida al cine. Cuando entró a la sala 4 con sus amigos, la película ya había empezado.De todas maneras, cerca de la medianoche, cuando este grupo de amigos conversaba un poco, antes de ir cada uno a su casa a descansar, aún reían por la película que vieron. Adriana resumía la impresión que le dejó la película así: “A mí me gustó mucho porque Meryl Streep es muy, muy buena actriz, y esta es una comedia superbién escrita”.Todos coincidían en que siempre es un placer ver actuar a Meryl Streep. Cuando veían la película se divertían con las peripecias que tuvo que pasar encarnando a la divorciada Jane Adler, mientras comprobaba que la vida es muy complicada.Todos estaban atentos a las escenas en las que ella conversaba con sus amigas sobre sexo, amor, hijos y las huellas del paso de los años en la piel. Por eso, Fernando, Margarita, Andrea, Alejandro e Iván trataban de descubrir en Jane y sus tres confidentes a quién del grupo se parecía alguna de sus amigas, por sus reacciones.A ratos conversaban sobre lo lindo que sería tener una casa como la que Jane decidió ampliar y remodelar con la ayuda del arquitecto Adam Schaffer. También sobre las ganas de comer un pastel o un ‘croissant’ de chocolate como los que preparaba Jane en su negocio de comida.Fue una película fresca, donde entre broma y broma, los asistentes se sentían identificados con la chica que no para de enviar mensajes por celular. Lo hace, mientras conversa con ‘la gente real’, el difícil camino de aprender a ser papás, tener una familia y luego aprender a vivir en otra condición: como alguien divorciado. A la salida, a Iván le quedó un mensaje preciso de lo que vio en el cine. Dice que la vida no es tan fácil y las relaciones por lo general son bien complicadas. “A veces piensas que quieres a alguien, pero te das cuenta luego de que ya no. O piensas que vas a estar con una persona toda tu vida, pero al final no es así. Tienes que darte siempre la oportunidad de ver más allá”.