La saña de los Kirchner contra la prensa que se atreve a criticarlos no amaina, aunque algunos jueces se han atrevido a fallar en contra de la aplicación de la Ley de Medios aprobada el año pasado, cuando el kirchnerismo tenía el control del Congreso. El objetivo de la acción de gobierno sigue siendo amordazar o amedrentar a quienes osen no apoyar las iniciativas del matrimonio gobernante. Se repite la historia de acorralar a la prensa. Durante la primera presidencia de Perón el diario dominante y de larga trayectoria era La Prensa. Su tiraje significaba más que el de Clarín y La Nación sumados. Vendía 400 000 ejemplares diarios. Pero molestaba al Gobierno con sus críticas o por publicar noticias desfavorables. Si bien parecía el bastión del llamado cuarto poder, el General se abocó a destruirlo y lo logró. La embestida oficial fue doble: impuso un alto impuesto a la importación de papel y comenzó a retacear los permisos de importación. Había que hacer cola y genuflexiones para obtener cuotas de importación (no había papel argentino) que se otorgaban a ‘piacere’ de acuerdo a como se comportaban. El diario La Prensa inició un juicio contra el Estado. El Gobierno entonces suspendió la aplicación del impuesto, excepto, a aquellos que habían iniciado acciones legales. A estos últimos les daban largas y los hacían penar. El diario, cada vez con menos páginas, comenzó a perder plata. Aunque muchos felicitaban a los directivos de La Prensa por el coraje de sus editoriales y artículos, los avisadores, amedrentados, fueron dejando de poner publicidad. Al final, cuando el diario estuvo completamente debilitado y endeudado, el Estado lo confiscó y lo cedió a la CGT, pasando desde ese momento a ser un órgano de apoyo al gobernante. Una vez derrocado Perón, fue finalmente devuelto a sus dueños, pero el daño estaba hecho. Nunca se pudo recuperar. Seis décadas después, la diputada Silvana Giudice ha presentado un informe que denuncia: “Existe un plan para restringir la libertad de expresión, neutralizar el disenso y cambiar la matriz de medios, por una que vaya logrando la hegemonía comunicacional para el Gobierno”. La Justicia ha dictado una nueva medida cautelar que suspende la aplicación de la ley de medios impulsada por Cristina Kirchner, promulgada en 2009. Se trata del quinto fallo contra dicha ley pero la Presidenta, al igual que con las reservas del Banco Central, no solo hace caso omiso de los fallos judiciales, sino que alardea de ello. Acusa de venales a los magistrados y se burla de la Corte Suprema que respondió a sus ofensivas declaraciones con un sobrio comunicado donde exigía “mesura”. La Autoridad Federal continúa como si nada, pautando discrecionalmente la publicidad oficial, aplicando, tomando espacios para realizar transmisiones en cadena nacional y aplicando medidas confiscatorias sin pudor alguno. El País, Uruguay, GDA