Técnicos en el IMP tienen a cargo el rescate de bienes en Santo Domingo. Foto: Alfredo Lagla/ EL COMERCIO
Con delicadeza y paciencia, 10 personas restauran las esculturas y pinturas de la Capilla de los Milagros, ubicada en la Loma Grande (Centro de Quito). El cuadro del Señor de Los Milagros es la obra más valiosa, y preservarla es impostergable.
Ese cuadro -pintado sobre la pared de la capilla- data de 1500 y se atribuye a Fray Pedro Bedón, un sacerdote dominico que también tiene obras que se conservan en el Convento de Santo Domingo.
La Capilla de los Milagros es una de las siete iglesias en las que hay trabajos para salvaguardar el patrimonio artístico y arquitectónico de la ciudad. Esa intervención es uno de los ejes del nuevo plan para preservar y embellecer el Centro Histórico de Quito.
El Municipio lanzó el plan la noche del miércoles, 28 de febrero del 2018, y tiene seis prioridades: peatonalización de calles, control del comercio informal, eliminación de grafitis vandálicos, pintura de fachadas, rehabilitación de los bienes patrimoniales y organización de megamingas para involucrar a la ciudadanía.
Con esas acciones, el Municipio proyecta conmemorar los 40 años de la declaratoria de Quito como Patrimonio Cultural de la Humanidad. La Unesco le otorgó esa categoría el 8 de septiembre de 1978.
Los trabajos en esos seis campos de acción ya se ejecutan. En el caso de la Capilla de Los Milagros, por ejemplo, se trabaja en el mantenimiento de la infraestructura para eliminar filtraciones de humedad, que comprometen los murales pintados en todas
sus paredes.
Para Carlos Ramírez, a cargo de la intervención en esa capilla, la importancia de preservar esos bienes está en valorar el legado cultural de las distintas épocas de la capital. Solo en ese templo se encuentran bienes de hace más de 500 años.
El Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) realiza, además, mantenimiento y restauración en otras seis estructuras: Basílica del Voto Nacional, convento del Buen Pastor, iglesia de El Sagrario, convento de San Agustín, convento de Santo Domingo e iglesia de San Diego.
En Santo Domingo, por ejemplo, se intervienen las capillas de El Rosario y Pompeya. Antonio Guillén es residente de obra en este santuario y tiene un mensaje claro: “Todos
estos bienes, en algún momento, cumplirán su ciclo. La importancia de estas intervenciones es alargar, todo lo posible, su existencia y legado”.
Para Angélica Arias, directora del IMP, además de las intervenciones en los inmuebles de carácter religioso, el Municipio interviene en las edificaciones utilizadas para el comercio del Centro Histórico.
Actualmente, la construcción del Centro Comercial Fedecomip está en su etapa final y también se avanza en la edificación del Centro Comercial Pasaje Sanguña.
Otra intervención importante para preservar el Casco Colonial es el proyecto de peatonalización. Arias señaló que la cantidad de vehículos que utilizan combustible y circulan por esta zona afecta a las edificaciones patrimoniales, tanto por las emisiones de esmog como por las vibraciones.
Con calles destinadas exclusivamente para la circulación peatonal, el Municipio quiere frenar el daño generado por el paso de los vehículos.
Actualmente, el Paseo de las Siete Cruces, en la García Moreno, entre Mejía y Bolívar, ya es peatonal. El IMP trabaja en la peatonalización de la calle Chile y, según las autoridades, hasta fines de este año se restringirá el paso de automotores por el tramo de la García Moreno, entre Bolívar y 24 de Mayo, además de un tramo de la calle Venezuela.
En lo relacionado con las megamingas, este fin de semana continuará la limpieza de grafitis y la pintura de fachadas en los barrios: San Roque, San Sebastián, La Victoria, San Blas, La Tola y San Diego.
La acción principal que realiza el IMP por los 40 años de la Declaratoria se enmarca en un plan de gestión para el Centro Histórico.
Ese trabajo se inició en el 2017 y es de vital importancia porque, según Arias, reemplazará al plan de gestión lanzado en el 2003 y que quedó obsoleto en el 2010.
“Con la aprobación del Código de Ordenamiento Territorial (Cootad), muchas de las normas quedaron obsoletas o se volvieron inviables. Por eso requerimos actualizar el plan”, comentó Arias.
El principal eje del nuevo plan de gestión es revitalizar el Centro Histórico, esto implica mejorar la calidad de vida de quienes residen en este sector, para que no abandonen la zona. Y, paralelamente, desarrollar estrategias para atraer a más personas.
La información que maneja el IMP revela que el Centro Histórico de la capital tiene una capacidad para albergar a 60 000 personas, pero actualmente, recibe a 40 000. Cada año, un 0,02% sale de ese sector de la ciudad.
Para Arias, el problema de repoblar el Centro Histórico es que, hasta el momento, las acciones se han concentrado en construir o adecuar casas para venderlas. “No se trabajó en crear las condiciones de habitabilidad necesarias para atraer a la gente de nuevo a vivir en el Centro”, dijo.
En contexto
El Municipio lanzó el 28 de febrero un plan para mantener el Centro Histórico, con el objetivo de alistarse para la conmemoración de los 40 años de Quito como Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad, que se cumplen el 8 de septiembre de este año.