600 compañías se disolverán cada mes según las autoridades

La disolución y liquidación de compañías es una práctica común en el Ecuador. Así lo señalan autoridades, empresarios y analistas; y se confirma con las cifras de la Superintendencia de Compañías y Valores.

En el 2013, por ejemplo, se disolvieron 7 467 empresas y en lo que va del año hasta el 19 de junio, se disolvieron 3 139.

Al revisar lo ocurrido en los últimos dos años se encuentra que desde enero del 2012 hasta mayo de este año se han disuelto, liquidado y cancelado 17 314 compañías, en el Ecuador.

El proceso lo desarrolla la Superintendencia de Compañías y Valores. Este organismo de control anunció la semana pasada que 730 firmas están ya en proceso de disolución.

Estas empresas pertenecen a nueve sectores: agricultura, explotación de minas y canteras, manufactura, construcción, comercio al por mayor y menor, alojamiento y servicio de comidas, información, actividades inmobiliaria y actividades de servicios administrativos.

En total son 21 los sectores regulados. En los últimos dos años, los sectores con mayor número de compañías que presentaron balances fueron: comercio, actividades inmobiliarias, transporte, actividades profesionales y construcción, según la Superintendencia.

Suad Manssur, titular de la Superintendencia, explica que se está analizando y disolviendo por grupos. “Iremos con 600 por mes aproximadamente”.

La funcionaria añade que las primeras 730 empresas de las 5 400 que fueron notificadas a inicios de julio pasado, tienen causal de disolución desde hace dos años. “Tenían pérdidas, no han declarado ingresos o han declarado muy poco. 1 500 presentaron descargos, pero en ciertos casos fueron insuficientes, otras van a aumentar el capital y algunas pidieron la disolución voluntaria”.

Manssur añade que las involucradas en el proceso son firmas que presentan pérdidas, independientemente de la actividad a la que se dediquen. Dice que no porque se disuelvan más compañías de un determinado sector significa que esa actividad presente problemas.

El recorrido de una empresa inicia con la constitución, continúa con el desarrollo de la actividad para la que fue creada y termina, cuando es el caso, con la cancelación de la compañía. Tanto la constitución como la cancelación se dan en el Registro Mercantil, según especialistas en derecho societario.

Pero para llegar a la cancelación existe un tramo que incluye, previamente, la disolución y la liquidación. En estos dos puntos aún es posible recuperar la empresa. “Pero cuando se inscribe la cancelación en el Registro Mercantil, la empresa muere”, indica el abogado Xavier Andrade Cadena.

Este analista sostiene que en Ecuador lamentablemente es común la disolución. “Los negocios empiezan con ímpetu, pero no siempre funcionan”. Cuando se complica la administración de la firma, agrega, el mantenimiento implica gastos y una carga administrativa importante. “Entonces, se decide ‘matar’ a la empresa”.

Otro punto de vista es el de Diego Jaramillo, abogado experto en temas societarios. Él asegura que la disolución y liquidación de una empresa es un problema generado por los socios de una firma que la descuidan y no asumen sus responsabilidades legales y administrativas.

“Se olvidan de que tienen obligaciones como impuestos, patentes, convocar a juntas de accionistas... Y cuando se dan cuenta, los socios abandonan las compañías y la disolución esa es una carga de trabajo extra para la Superintendencia”. El impacto económico según los consultados será mínimo.

Manssur señala que el proceso es para sanear el sector societario en el país. Y Andrade Cadena agrega que se trata de firmas que no están operando. “No hay mayor significación en impuestos o en empleo”.

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