400 pacifistas llegaron en un barco al puerto mantense

Redacción Manta

El barco de la Paz ancló en los muelles de aguas profundas del puerto de Manta. Ayer desde las 08:30, las amarras de la embarcación fueron atadas a la zona de anclaje. Un piquete de 15 policías de migración ingresó al buque. El objetivo, realizar el control de documentos a los 400 viajeros.

Mientras tanto al ingreso del muelle, Tatsuya Yoshika, director del Peace Boat (barco de la paz), esperaba el desembarque de los visitantes. Vienen a contar las  experiencias aterradoras que dejan las guerras y los conflictos. Estarán por 48 horas. Un grupo viajará vía aérea a Quito, donde se reunirá con defensores de los derechos humanos.

La nueva Constitución de Ecuador tiene elementos vitales en la lucha contra los flagelos de la humanidad como las guerras, acotó Yoshika. Después de 90 minutos de controles migratorios bajaron en grupos de 30 personas, se dirigían hacia 10 buses que los esperaban en la escalera de desembarco del navío.

Su destino, Ciudad Alfaro, en Montecristi. Allí tuvieron un encuentro con organizaciones campesinas de derechos humanos, sindicalistas, estudiantes y hasta con funcionarios públicos.

Miguel Morán, líder del movimiento  Toalí y de la coalición No bases, comentó que 10 de los visitantes son personas que sobrevivieron a los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. Llegan para contarnos el horror de la guerra.

Los japoneses luchan para que el artículo nueve de su constitución que le prohíbe intervenir en guerras sea respetado y no sea cambiado, señaló Morán.

Después de las 11:00, todos se dirigieron a una feria cultural que se realizó en  la explanada de Ciudad Alfaro. Allí almorzaron, después de las 15:00 empezaron los conversatorios. Los representantes del Peace Boat firmaron la declaración de paz con los alcaldes de Manta, Portoviejo, Montecristi y Puerto López.

Esta es la segunda vez que esta nave acodera en un puerto ecuatoriano. Hace tres años lo hizo en Guayaquil. El periplo de los viajeros continuará mañana rumbo a Callao en Perú, luego Chile y desde allí retornan a Japón.   

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