Leandro Pazmiño ahora es docente en la Facultad de Sistemas de la Escuela Politécnica Nacional, en Quito. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
En agosto del 2015, luego de obtener una maestríaen Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universidad de Melbourne, en Australia, Leandro Pazmiño volvió al país.
Fue beneficiario de una beca otorgada por el Estado ecuatoriano. Ahora, cinco meses después, trabaja en la Escuela Politécnica Nacional (EPN) como docente a tiempo completo con contrato ocasional.
Debe cumplir con una cláusula de compensación.
A través de un contrato, los becarios se comprometen a devengar la beca trabajando en Ecuador el doble de años de la duración del programa de estudios seguido. Pueden optar por instituciones públicas, privadas o emprendimientos propios. Las universidades son su principal mercado laboral.
Según datos de la Secretaría Nacional de Educación, Ciencia, Tecnología e Investigación (Senescyt), 3 385 becarios ya regresaron a Ecuador tras concluir sus estudios y el 99% está trabajando en el país.
El 35% labora en universidades públicas o privadas; el 20% en empresas privadas vinculadas al sector productivo y de servicios, el 18% en el sector de la salud y el 27% restante en institutos públicos de investigación, gobiernos autónomos y emprendimientos propios.
En la actualidad hay 14 276 becarios en el exterior. De ese total, 11 334 financiados por el Estado y 2 942 por las universidades que luego los acogen para trabajar como profesores.
La Ley Orgánica de Educación Superior (LOES), aprobada en 2010, ha influido.
Exige un porcentaje mínimo de docentes con este nivel de formación en las universidades.
Rina Pazos, subsecretaria de Educación, comenta que la Senescyt trabaja en la oferta laboral para los becarios.
La Subsecretaría de Becas tiene una base de datos en la cual constan los becarios que han regresado y los que están por retornar.
En esta se especifica la especialidad que adquirieron en el extranjero. El listado es entregado a instituciones públicas y privadas para que escojan los perfiles según sus necesidades.
Otra oportunidad para los becarios es la red Socio Empleo.
El Ministerio de Trabajo expidió el Acuerdo No. MRL–2014–0188. Ahí se establece equivalencias de tiempo entre la formación en el extranjero y la experiencia laboral para facilitar el acceso a los becarios a las ofertas. Así se busca superar un problema de los becarios: ellos retornaban y no conseguían trabajo por la falta de experiencia laboral.
La Subsecretaria indica que el promedio de remuneración de un becario (USD 2 244,96) es superior al que recibe una persona con título en Ecuador. “Este es un dato promedio, hay gente que está por debajo y por encima. No podemos garantizar que todo el mundo gane por sobre el promedio”.
Los becarios tienen tres meses desde que retornan al Ecuador para ubicarse en un trabajo. Aunque se puede solicitar un diferimiento si no consigue un trabajo.
Pero no todos los becarios quieren volver. Es el caso de María del Carmen Pérez.
Ella estudió en Barcelona, pero finalmente decidió quedarse en España ya que consiguió “una muy buena oferta de trabajo (…). Me tocó pagar toda la deuda al Estado al contado para quedarme”.
Para Pazos es “imposible” que un becario no tenga opciones de trabajo en el país, pese a que todavía Ecuador está en un proceso de desarrollo industrial y tecnológico.
Y que el 2016 será un año difícil por la caída del precio del crudo. “Si hay plazas que no son necesarias laboralmente en el país, se necesitan en la academia para enseñar, generar investigaciones y recursos”, dijo.
En otros casos, los becarios regresan con un puesto laboral seguro ya que piden licencias de estudios en su trabajo antes de irse.
Néstor Vásconez estudió una maestría en Evaluación de Reservorios Petroleros en Escocia. Cuando regresó a Ecuador continuó con su carrera profesional en Schlumberger y empezó a dar clases en la EPN.
Al momento, 96 becarios retornados han terminado el tiempo de devengación. Sin embargo, la Senescyt cree que es muy temprano para hacer un balance de si los becarios permanecen en el país luego de este tiempo. Por ahora, no cuentan con los datos.
Pazmiño asegura que la docencia siempre fue su vocación y además está “gustoso” de regresar a su alma máter. Estudio su pregrado en la EPN.
Sin embargo, hay casos de becarios que no tienen esta vocación. Fausto Villota volvió al país en agosto del 2015, luego de graduarse de máster en Administración de Empresas en Australia.
Ahora realiza consultorías en el sector privado. Encontró algunas barreras para montar un emprendimiento propio o encontrar un trabajo acorde con su preparación.
Villota cuenta que a su retorno, la primera intención fue montar un negocio propio de importaciones.
Pero “ha sido complejo por las circunstancias del país. No hay ayuda para ingresar cosas de afuera por las restricciones arancelarias”.
Además, menciona que los fondos para emprendimientos en el país “no son eficientes”.
Rina Pazos lo replica.
Senescyt impulsa el proyecto Banco de Ideas y si un becario regresa con una idea innovadora y la presenta, “este proyecto la financia sin reembolso”.
Para 2016, la Senescyt tiene un presupuesto de USD 147 millones para becas, cinco más que en 2015, por lo que se proyecta entregar la misma cantidad de becas y ampliar la cobertura con programas de cooperación con universidades del extranjero que ofertan ayuda financiera completa.