Redacción Guayaquil
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Los cambios económicos entre las décadas 30 y 70 influenciaron en la arquitectura guayaquileña. Terminó el ‘boom’ cacaotero y empezó la depresión económica mundial. Había poco circulante en el país y eso se reflejó en las construcciones de la época.
El análisis paralelo
Los barrios Orellana y del Estero Salado también fueron analizados en un segundo estudio realizado por la Católica. Ahí constan unas 120 edificaciones.
Edificios como el Museo Presley Norton y Casal Maspons están en la lista de Patrimonio.La racionalidad espacial y de los elementos constructivos empujaron a diseños más sencillos, con líneas rectas y un limitado uso de ornamentas. Así, la ciudad se incorpora en el desarrollo de la arquitectura moderno.
En esa etapa surgieron importantes edificios del centro de la ciudad, de los cuales se consideraron más de 250 para ser declarados como patrimonio cultural.
La Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica de Guayaquil hizo un estudio de los edificios céntricos, construidos en los límites de las calles Julián Coronel, El Oro, Lizardo García y Malecón Simón Bolívar.
Entre los más representativos están el edificio del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, ubicado en la avenida Olmedo. Fue diseñado por el arquitecto José Eduardo Gortaire Iturralde, en el año 1968.
En esa misma calle se levantó el edificio de la Cámara de Comercio de Guayaquil, diseñado por Modesto Luque. El edificio recientemente fue remodelado y ahora funciona como un club para los socios de la Cámara.
En la lista también consta la Biblioteca Municipal, ubicada en la calle Pedro Carbo. Fue construida en los 50 y tiene características del racionalismo clásico.
El ex banco de Descuento, ahora sede de la Superintendencia de Compañías, fue diseñado por Karl Khon Kagan. Recibió el premio al Mejor Edificio Comercial en 1954. El mismo arquitecto diseñó la Casa Comercial Tosi, que recibió el premio Progreso Urbanístico, en 1957.
Jacobo Herdoíza, director del Proyecto Ciudades Patrimoniales del Ecuador, dice que el estudio técnico -científico se hizo para valorar un patrimonio moderno no visualizado en la ciudad. Y que esto forma parte del proyecto que él dirige. Ya hay 22 municipios miembros, y con este tipo de declaratorias se busca incrementar el número de socios.
“Lo que nos interesa ahora es validar estos expedientes, que deben tener cada uno entre 400 y 500 páginas, con dos actores principales, el Instituto Nacional de Patrimonio (INP) y el Municipio de Guayaquil. Luego el Ministerio de Patrimonio expide un acuerdo con la declaratoria para las edificaciones” .
El INP ya dio un primer paso pues otorgó un visto bueno preliminar antes de declarar patrimonio a las construcciones.
Con el Municipio, en cambio, se busca un acercamiento para presentar los expedientes técnicos. “Lo que nos interesa, en una experiencia inicial, es trabajar con el Cabildo para dictar las normativas del manejo de las edificaciones patrimoniales”.
Melvin Hoyos, historiador y director de Cultura del Municipio de Guayaquil, señala que es interesante que estas edificaciones sean una suerte de historia al aire libre de la arquitectura de Guayaquil a través de los años.
“Pero habría que primero establecer cuáles serían las limitaciones de los propietarios una vez que se haga la declaratoria. Y los límites tanto del Municipio como del Ministerio para el manejo de estas edificaciones”.