Redacción Sociedad
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A partir del 1 de abril, los ecuatorianos estrenarán una nueva cédula de identidad. Se tratará de un documento que estará garantizado por al menos 16 seguridades, para evitar clonaciones.
Con un tamaño y contextura similares a los de una credencial, la cédula tendrá tres niveles de seguridad. En el primero estarán elementos detectables a simple vista como las marcas ultravioleta que están en el laminado.
Proceso hasta el 2013
La renovación de las cédulas será progresiva. Se espera completarla hasta antes de las elecciones presidenciales previstas para el 2013.
El costo de la obtención del nuevo documento no variará en relación con la actual. Es decir, se abonarán USD 6.
Desde febrero, los datos de cada uno de los ecuatorianos están ya en un servidor propio. Anteriormente se guardaban en un equipo alquilado.
Dentro de la modernización se digitalizarán más de 100 millones de documentos de identidad.
Mediante el programa de eliminación del subregistro se ingresarán al sistema a los niños que aún no tienen identidad. Se adecuarán oficinas en 38 hospitales para inscribir a recién nacidos.También incluirá micro y nanotextos, que el portador solo los verá como una mancha de color.
La inclusión de un chip es uno de los detalles más importantes, según Paulo Rodríguez, director general del Registro Civil. No será visible ni permitirá el contacto.
Almacenará en forma digital la información común de identidad, además de detalles como las huellas dactilares, la foto y la firma. Aún más, el chip guardará información que facilite la operabilidad interinstitucional, en especial como base de datos para los ministerios de Inclusión Económica y Social, Salud y otros.
Durante su visita a Ecuador, Mia Harbitz, especialista de Registros del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), aseguró que este sistema resulta un buen respaldo para garantizar la repartición de los beneficios sociales. “Por ejemplo, ayudará a evitar que una misma persona cobre dos veces un bono, como ocurre en Brasil, donde se ha detectado una serie de irregularidades”.
Al mismo tiempo se ajustan detalles entre el Ministerio de Salud y el Registro Civil, para que el chip incluya información médica básica: tipo de sangre, alergias, incluso si es idóneo para donar órganos. Se espera que en 15 días se definan estos detalles.
La funcionaria del BID resaltó que el sistema que se utilizará en Ecuador es uno de los más avanzados. En otros países incluye entre ocho y 15 capas de seguridad.
En la Unión Europea también está en proceso una renovación del documento de identidad. Aún se mantienen conversaciones para determinar qué elementos deben coincidir entre uno y otro país de ese bloque. Por ejemplo, cómo puede un holandés acceder a los beneficios de salud si se encuentra en Austria.
Rodríguez se mostró convencido de que “si alguien intenta clonar, solo logrará dañar el documento”. Las seguridades requieren entre una mediana y una alta tecnología para detectarlas.
En el momento, ya hay más de 200 000 ejemplares emitidos en la provincia de Santa Elena y en Guayaquil. Aparte de que se hicieron cedulaciones en ferias de tecnología en Quito y una demostración en Ambato.
La presentación oficial del nuevo documento será el jueves 1 en Quito, con motivo de la inauguración de las remodelaciones en la matriz, en el norte, y en las instalaciones de Turubamba, en el sur.
En el resto del país se adecuarán 36 oficinas hasta fin de año. Adicionalmente, desde mayo funcionarán 50 unidades móviles y otro igual número desde junio. Estas atenderán en colegios, universidades y otros sitios, para evitar las aglomeraciones.
También se buscará cedular a las más de 100 000 personas (en especial niños y adultos, sobre todo de los sectores rurales) que aún no están registradas.
Al respeto, Unicef calcula que en América Latina entre el 11% y el 15% de los niños de 0 a 5 años no tienen registro. Y porcentajes parecidos existen entre las personas adultas. Pero Rodríguez aseguró que el objetivo es lograr que todos los ecuatorianos sean registrados.
Harbitz sentenció que los datos de cada uno de los ciudadanos de un país “permiten tener una identidad segura que, a la vez, les facilita acceder a sus derechos, deberes y beneficios”.