4 000 voluntarios apoyan a las delegaciones

Álex Puruncajas. Desde Taiwán

Yu han Lin tiene 21 años y está a punto de terminar la carrera de filología. La taiwanesa domina el chino mandarín, el inglés y, actualmente, se esfuerza por pronunciar bien el español.

La estudiante universitaria tiene problemas para pronunciar la letra r. Dice ‘liblo’ en vez de libro; ‘depolte’, en vez de deporte; o ‘jugadol’ en vez de jugador.  En su intento por mejorar su español y practicar el inglés, aceptó sin vacilación la designación de voluntaria de los Juegos Mundiales de Kaohsiung, en Taiwán.

Lin estudia en la Universidad Wenzed, una de las cuatro más importantes en la enseñanza de idiomas en Kaohsiung, que desde el jueves alberga a 4 800 atletas de 100 países del mundo.

El interés de los adolescentes taiwaneses por el habla hispana creció en los últimos cinco años. El aprendizaje del inglés aún es el primero en la nación asiática, pero los adolescentes miran al español como una ventaja competitiva para obtener un trabajo.

En Taiwán, la enseñanza del inglés es obligatoria en el pénsum de estudios, desde los 12 años. “Por eso, ya no tiene gracia saber solo dos lenguas”, dice con algo de dificultad  Lin, en una carpa de voluntarios, ubicada en el muelle del río Loto.

La organización designó ayer a la joven para que atienda a los atletas, sobre todo españoles, que participaron en polo-canotaje. Por ello, la taiwanesa  tuvo una jornada agitada. La temperatura de 38 grados centígrados y la fuerte humedad la acompañaron en la mañana y en la tarde.

Lin no fue la única: 50 voluntarios atendieron a los representantes locales y de otros países. Ellos, sin embargo, solo son una parte de los 4 000 disponibles para cubrir la demanda de las distintas delegaciones.

En la mayoría de los casos, la preparación de los voluntarios empezó hace seis meses. Así lo certifica Chiang Ling Su, quien domina su idioma nativo, el inglés, el japonés, el español y parte del alemán.

Su también estudia en el centro superior Wenzed. Pero ella ayuda en el estadio Main, donde se realizó la ceremonia de apertura.

Chiang Ling revela que, en algunos casos, reciben hasta USD 280 por sus tareas. Sin embargo, otros cumplen las labores sin remuneración. “No importa el dinero. Lo que queremos es ayudar para que los Juegos queden bien”.

El dominio de varias lenguas es solo un plus de un grupo de voluntarios. Esto porque los organizadores los designaron en distintas áreas. Los 4 000 ayudantes se dividen entre las atenciones a deportistas, entrenadores, directivos, y la vigilancia de la seguridad y de otras tareas logísticas.

Los voluntarios fueron designados de acuerdo con sus capacidades en los 28 escenarios de las competencias. Yu han fue destinada solo para los españoles. Pero cree que la experiencia les servirá para graduarse y viajar a América.

Los jóvenes también estuvieron atentos a las competencias que se iniciaron ayer en el país asiático. Una de las más importantes y vistosas fue las pruebas  de gimnasia rítmica. El esplendor y la belleza de la rusa Eugenia Kanaeva se impuso ayer en el primer día de pruebas de esta modalidad de los Juegos Mundiales.

Kanaeva superó a la ucraniana Ana Bessonova, en la prueba que se realizó en el Kaohsiun Arena, escenario representativo de la ciudad asiática. 4 000 aficionados reconocieron la destreza de las deportistas. Kanaeva alcanzó la presea dorada con un puntaje de 28,475. Bessonova la escoltó con 27,425. La rusa Olga Kapranova con 27, 325 fue tercera.

Suplementos digitales